Fotografía Agencias
*Diego Barcala.- Cuando el fútbol inglés era algo a mitad de camino de lo exótico y lo legendario, un chico de la cantera del Barça se atrevió a explorar allí. Era Nayim (Ceuta 1966), acudió a la llamada de su exentrenador Terry Venables y se convirtió en leyenda del Tottenham, el primer español en jugar en Inglaterra e incluso el primer musulmán. Triunfó y compartió vestuario con mitos como Gascoigne o Waddle. Justo cuando la Premier empezaba, con el chorreo de dinero y la reinvención del fútbol, volvió a España, a jugar con un equipo generacional, el Real Zaragoza de los 90. Allí protagonizó contra los eternos rivales del norte de Londres uno de los momentos épicos del deporte español de todos los tiempos, casi un concepto, el gol de Nayim.
Siempre que hablo con un futbolista con mote me pregunto cómo le llaman en casa. En tu caso, ¿Nayim es apodo?
No, es mi nombre. Mohamed Nayim. Mis compañeros del Zaragoza me llaman Yiyi. Fue por Cedrún. Nayim es un nombre raro y en el primer entrenamiento me quería dar un balón y no le salía el nombre. Empezó Nayiyinayiyi… todos nos partimos de risa y me quedé con Yiyi. Y ese es el mote, pero Nayim es mi segundo nombre.
Recuerdo cuando llegaste al Zaragoza que entre que venías de Inglaterra y con ese nombre, no se sabía muy bien tu nacionalidad, si ocupabas plaza de extranjero. Tengo ese recuerdo infantil.
Nací en Ceuta. Soy español de siempre. Antes, en Ceuta no nos daban la nacionalidad directamente. Nos daban una tarjeta estadística que solo te servía para entrar y salir de la frontera con Marruecos. No sabíamos si éramos españoles, marroquíes, éramos ceutíes. En aquella época, claro, en el franquismo. Luego, por el fútbol me nacionalicé y también mi familia. Ahora ya no es así, desde hace muchos años.
¿Con qué edad te fuiste?
Yo me fui con 15 años a La Masía. Un crío de Ceuta, sin conocer nada. El único sitio donde había ido de viaje de estudios era a las cuevas de Nerja y el partido que jugué con mi equipo contra el Betis, que es cuando me vieron para probar con el Barça.
De Ceuta sois unos pocos futbolistas seleccionados. Tú y Pirri.
Migueli, Pirri. Hay más, los hermanos Lesmes del Celta, un extremo antiguo del Barça que se llamaba Bravo, ahora Anuar que jugó en el Valladolid y está en Chipre o Grecia. Pirri nació en Ceuta, sus padres eran los dueños de los autobuses de Ceuta. Una vez se fue a Madrid ya volvían solo de vacaciones. Y a Migueli le tocó la mili en Cádiz y se fue a jugar al Cádiz y de ahí al Barça y venía de visita. Yo, al retirarme me volví a mi tierra natal y vivo a caballo entre Zaragoza y Ceuta. Ahora estoy en Zaragoza.
En Barcelona llegaste al primer equipo pero te topaste con Cruyff. ¿No le gustaste?
Lo de Johan fue raro. Sí encajaba en su fútbol porque lo mío era el buen trato del balón y era centrocampista pero llegó y me dijo que no contaba conmigo. Así que me busqué la vida, no se acaba el mundo en el Barça ni en ningún lado. Estuve entrenando unos cuantos días y me dijo que el Cádiz estaba interesado pero no iba con mis características, porque era un equipo de la parte baja de la tabla y me apartó literalmente porque estuve entrenando en el Tibidabo, en Montjuich, entre los árboles con un preparador físico que estaban obligados a ponerme. Entrenaba con Rojo y Cobelo. Rojo se fue al Betis, Cobelo creo que al Celta y yo me quedé solo entrenando tres meses hasta octubre que se enteró Terry Venables de la situación y me dijo que me fuera para allá.
Y te fuiste a la aventura.
Me fui cedido el primer año. Le dije al Míster que mientras me diera para vivir era suficiente y que luego ya veríamos. Solo quería demostrar que valía para esto. Y me salió un año bastante bueno. Empecé a jugar en febrero, porque se necesitaba un permiso de trabajo. Tenía que ser internacional absoluto y yo no lo era y no sé si al final la federación española me echó una mano. El equipo estaba muy mal, tercero por la cola con Chris Waddle, Paul Gascoigne, no estaba Gary Lineker que seguía en el Barça, Paul Stewart, Gary Mabbutt… grandes jugadores. Y cuando empecé a jugar, debuté contra el líder, el Norwich y le di un pase de gol a Paul Gascoigne y ganamos 2-1. Y luego el Southampton, que era un barrizal y marqué un gol de falta y ganamos 0-2 y empezamos a remontar. Esa temporada me nombraron mejor jugador extranjero y a partir de ahí el Tottenham me quería a toda costa pero yo quería jugar en el Barça. Quería volver y demostrar que podía jugar porque me quedaban cinco años de contrato.*
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