«Nuestra generación no sabe apreciar el fútbol moderno»

Un niño que soñaba con recorrer la banda derecha como Juan Carlos Aguilera y una fan acérrima de Carles Puyol son las caras visibles de Rufus T. Firefly. Año y medio después de romper moldes con ‘Magnolia’, cierran etapa estilística con ‘Loto’.

Texto Javi Torres Cifuentes | Fotografía Sara Carmona.- El desencanto progresivo que han experimentado Víctor Cabezuelo y Julia Martín-Maestro, líderes de Rufus T. Firefly, con el fútbol es exponencialmente contrario a la pasión que sienten por la música. Hace ya doce años que formaron la banda en Aranjuez (Madrid) y su último disco, Loto, mantiene la línea psicodélica marcada por Magnolia, el LP con el que pasaron a ser referentes absolutos en la escena indie nacional. El Paracaidista y su terraza, en pleno corazón de Malasaña, sirve de grato escenario para una charla en la que hablamos del fútbol de los 90, de Stranger Things, de Paul McCartney, de MasterChef Junior y, por supuesto, de su música.

Me dicen que ya no sois muy futboleros...
Víctor Cabezuelo (VC): Yo jugué de pequeño en el Áncora Aranjuez, era el tercer o cuarto suplente. El típico cambio en el minuto 90 para perder tiempo. Jugaba de lateral derecho, tío.

¿Tipo Cafú?
VC: Más bien tipo Aguilera, era mi ídolo. Me encantaba el fútbol, pero me he ido desencantando con el paso de los años, aunque es verdad que es un deporte que siempre me ha flipado. Jugar y verlo. Era muy del Atleti, estaba enganchado a la liga, a todas las competiciones, pero progresivamente fui perdiendo interés.

¿Odio eterno al fútbol moderno?
VC: Igual es que los de nuestra generación, los que crecimos con el fútbol de los 90 no sabemos apreciar el fútbol moderno. Pero lo cierto es que con el Mundial de Sudáfrica en 2010 me volví a reencontrar con él. Fue algo más romántico que otra cosa porque veía los partidos con mi padre, hablábamos mucho y se creó algo bonito. Encima veíamos que estaban jugando bien, que la iban a liar... y al final la liaron. Todo lo que sentí durante ese Mundial fue muy bonito, pero se me pasó enseguida.
Julia Martín-Maestro (JM): Yo de pequeñita era súper fan del Barça porque mi madre es catalana, pero me pasó igual que a Víctor, me fui desenamorando, a mis jugadores favoritos ya no les quería nadie, cayeron en el olvido y bueno... siempre nos quedará el romanticismo y es cierto que todo eso lo echo un poquito de menos.

¿Quién era tu jugador favorito?
JM: Carles Puyol. Me encantaba, tío. ¡Qué muslazos! Ya nos los hacen como él. En esa época había muchos jugadores con esa fuerza, verdaderos luchadores... Víctor, tendrás aún muy presente el año del doblete, ¿no?
VC: ¡Y tanto! Llevé la camiseta del Atleti una semana entera al colegio. Eso era de valientes. Fue muy bonito. ¡Qué equipazo teníamos! Y las faltas de Milinko Pantic...

¿Seguís un poco al Real Aranjuez?
VC: Ahora no, pero hubo un momentazo histórico en el que subió a Segunda B y fue increíble, aunque lo más grande que pasó en el fútbol de Aranjuez fue una eliminatoria copera contra el Tenerife. Todo el pueblo estaba en el estadio (22 de octubre de 1992).
JM: Ese Tenerife molaba porque le jodió las ligas al Madrid y nos las dio al Barça.

En Aranjuez comenzasteis hace ya 12 años y siempre habéis mantenido una filosofía muy cholista, en cuanto a que tenéis en mente que cada disco que sacáis puede ser el último.
VC: Disco a disco, claro. Tampoco hemos tenido remedio. La industria es así. Nosotros amamos la música y queremos seguir haciéndola. Nos hemos acostumbrado a eso, a trabajar y trabajar para que lleguen los frutos. La recompensa es seguir haciéndolo pero siempre con el pensamiento de que igual llega un momento en que no podemos grabar más discos. Eso nos hace disfrutar del momento aún más. Es emocionante vivir así la música.
JM: Es increíble lo difícil que es mantenerse, y eso que hay cada vez más grupos buenísimos en España. Por eso estoy muy contenta de que nos esté pasando esto.
VC: Es alucinante. Yo creo que muchos no se dan cuenta de lo que está pasando, pero es que están surgiendo grupos que... se te va la olla. Cala Vento, Ambre, Solo Astra... están haciendo cosas increíbles, pero ya a nivel mundial, no regional, y estoy muy feliz de poder aprender de toda esta escena que está surgiendo.

¿Cómo os ha cambiado la vida desde el éxito de ‘Magnolia’?
JM: Creo que el hecho de que sea el disco que nos ha puesto en boca de más gente tiene que ver con que realmente pensábamos que iba a ser el último, por el cambio de miembros en la banda y tal. Íbamos con la idea de hacerlo como lo hemos hecho, con las cosas claras y ya está, y quizás eso haya influido en que la gente lo entienda de otra forma. Estamos alucinando con la acogida que ha tenido. Estamos viviendo un enésimo retorno de los 80, a nivel musical, estético... ¡Ese maravilloso resurgir de los sintetizadores!
VC: Es un instrumento increíble, aunque estoy empezando a echar de menos las guitarras. Tengo ganas de que llegue un chaval, pegue un buen guitarrazo, vuelva el grunge y nos dejemos de ostias. No tardará en volver, seguro. También ochentera es ‘Stranger Things’.

Vuestro primer adelanto de ‘Loto’ se llama Demogorgon, como el bicho tan feo de la serie. ¿Cómo salió eso? JM: Es que tanto la serie como su banda sonora son alucinantes.
VC: Fue amor a primera vista. Nos encantó la serie porque mola que sabes lo que va a pasar, sabes quienes son los malos y los buenos. Sabes cómo va a acabar la movida pero cuando todo pasa te da mucho gustito. Todo claro, sin sorpresas. Pero lo que más me gusta son los valores de amistad que defienden ese tipo de series y pelis ochenteras.

También dedicáis la canción a amigos que desaparecieron. Como el pobre Will en ‘Stranger Things’...
JM: ¡Sí, pobre!
VC: Es un poco eso, que aunque parezca que todo está perdido, mola pensar que vas a reencontrarte con amigos que ya no están aquí de alguna manera. Como a Will, a quien intentan rescatar a toda costa.

JM: «Me fui desenamorando, a mis jugadores favoritos ya no les quería nadie, cayeron en el olvido y bueno... siempre nos quedará el romanticismo y es cierto que todo eso lo echo un poquito de menos.»

‘Magnolia’ salió a la luz hace año y medio y acabáis de publicar ‘Loto’, que viene a ser el to be continued del primero.
JM: Loto surge sobre todo de la necesidad de componer. Es verdad que teníamos ideas que se habían quedado en el tintero con Magnolia y aprovechando esas canciones, que tampoco son iguales, sacar como una segunda parte del disco y cerrar el círculo. Esa es la idea con Loto, que sea un disco que continúe con todo lo que hemos ido generando estos dos años, finalizar el ciclo como de psicodelia y pasar a otra etapa para hacer cosas nuevas, que también nos apetece.

¿Entonces el siguiente disco no tendrá nombre de flor?
JM: No voy a decir que no. Nos encanta la naturaleza y quizás tendrá algo relacionado con ello, pero sí, esta etapa la cerramos con Loto.
VC: Lo que está claro es que el sonido va a cambiar radicalmente y habrá cosas que no tengan nada que ver. Nos parecería un error repetirnos, dar a la gente lo que espera ahora mismo que hagamos. Siempre intentamos crear ese pequeño desconcierto, que cuando escuchen lo nuevo se digan ‘¡pero qué han hecho!’. Eso mola porque la gente que nos sigue lo entiende, entienden por qué lo hacemos y acaban entrando en la movida. A ver a dónde nos lleva, no tengo ni idea pero eso es lo bonito.

Vuestro proyecto puntual con Havalina, Bandada, fue un éxito. ¿Habrá más? 
VC: Ha sido una boda musical que ya se ha disuelto. Presentación y disolución en un mismo concierto (el pasado 12 de mayo en Madrid).

Como un matrimonio de Britney Spears...
VC: ¡Exacto! Fue algo romántico que queríamos hacer con Havalina, a los que admiramos y de los que hemos aprendido un montón. Un día hablando decidimos hacer un concierto juntos y la cosa derivó en que lo hiciésemos juntos de verdad. De ahí Bandada. Una noche, un concierto y ya. Corto pero intenso. Lo hemos disfrutado muchísimo.

¿Os da pereza el auge de los festivales, en los que parece que si no estás no existes?
VC: Yo creo que se puede no estar y no pasa nada. Nosotros siempre hemos dicho que estamos encantados de tocar donde se quiera que toquemos, ya sea un festival o una sala. Nos flipa tocar. Lo que no me gusta es que se vea los festivales como un objetivo, como que parece que las carreras de algunas bandas están marcadas por el número de festivales que hacen. Creo que no es bueno para la música ni para el público.

Es un poco así también en el fútbol. El árbitro Iglesias Villanueva dijo que los niños ahora juegan a ser futbolistas en lugar de jugar al fútbol.
VC: Sí, parece que lo que importa es el éxito o el fracaso y no los valores que da competir en un deporte.
JM: De ver la dificultad que conlleva llegar a ser futbolista.

Los padres tienen mucho que ver en todo ello. En todos los ámbitos.
VC: ¡Mira Masterchef Junior! Niños de seis años diciendo que tienen que dar el 200% de sí mismos para una prueba... ¡Vete a jugar al parque chaval! Es increíble.

Volvamos a vosotros. A vuestros directos. Decís que son viajes internos que van más allá de lo musical. ¿Hay que drogarse antes de veros tocar? JM: Nuestra filosofía es que la música es la droga que tiene que hacerte sentir cosas.
VC: Creo que muchos no han entendido bien todo el rollo del viaje en Magnolia. Es viajar sensitivamente, meterte en una sala y perder la noción del tiempo y del espacio, y eso es lo que nos apetecía con los conciertos en este disco.
JM: Aunque respetamos al que quiera drogarse.

El segundo tema de ‘Loto’ que pudimos disfrutar antes de la salida del disco fue vuestra versión del ‘Lucy in the Sky with Diamonds’.
VC: Quisimos adaptarla con un toque ‘magnolia’ y un final muy psicodélico. Todo vino porque Julio Ruiz de Radio 3 nos pidió hacer una versión del Sgt. Pepper's cuando fuimos a Disco Grande y con la broma el tema gustó, empezamos a tocarla en conciertos y quisimos que formase parte de Loto. Ha sido muy inspirador por todo lo que rodea a la canción. Tuvimos que pedirle permiso al Señor McCartney...

¿Eso cómo funciona? ¿Le llamas en plan ‘Hola Paul, podemos hacer una versión de Lucy’?
VC: Molaría, ¿verdad? Qué va, todo va por editoriales. Te dan el permiso y ya está. Él ni se entera. La versión la escucha el secretario del abogado y pista. Era guay porque veíamos la hoja de registro de la canción y ponía Lennon & McCartney.

Ya podéis decir que habéis colaborado con The Beatles entonces...
JM: ¡Sí, totalmente! (risas). La verdad es que nos ha gustado como quedó, y eso que no solemos hacer canciones en inglés.

Pues Demogorgon en inglés igual lo petaría al otro lado del charco con todo el hype que hay con la serie.
JM: Tienes que escuchar la versión wachuwei del tema. Todas las canciones las grabamos en inglés macarrónico, nos inventamos la historia.
VC: A mí me gustaría que nuestra música pudiese atravesar la frontera del idioma y tocar fuera de España. Como Héroes del Silencio cuando triunfaron en Alemania sin que la gente fuese a sus conciertos con el diccionario. Yo es que no me sentiría honesto cantando en inglés porque no soy bilingüe, desgraciadamente.
JM: En España pasa. Me pasa hasta a mí. Vas a un concierto y si no te sabes las letras como que es raro. Y no debería ser así. Creo que es guay ir y descubrir algo nuevo.

El nombre del grupo sale de la película ‘Sopa de Ganso’, de 1933. Groucho Marx es Rufus T. Firefly. Como Groucho, ¿estos son vuestros principios, pero si no nos gustan, tenéis otros?
VC: Todo depende del punto de vista. Siempre estamos moldeándonos y en constante cambio y si no hubiésemos tenido esa filosofía seguiríamos haciendo música noventera. No nos gusta amoldarnos a nada, pero bueno, a nivel musical sí que nos gusta el cambio, así que sí... estos son nuestros principios, y si te gustan que sepas que hay más.•