O fútbol da terra

Una selección del libro del fotógrafo holandés que se enamoró de los escenarios del fútbol en el fin del mundo. Un homenaje a las ligas regionales de Galicia.

*Texto y Fotografía Robert Willemse.- Moi lonxe da Champions League e as súas grandes estrelas existe outro fútbol: un fútbol de campos de terra e barro. Un fútbol no que os xogadores non son millonarios, senón estudantes, albaneles, camioneiros, vendedores... Un fútbol no que as porterías están medio enfurruxadas e os balóns son Mikasa. É un fútbol co que moitos futboleiros nos sentimos identificados.

Afeccionado ao fútbol e á fotografía, decidín hai uns oito anos coller a cámara e percorrer Galicia as fins de semana para vivir este fútbol. Visitei campos con espectaculares vistas ao mar, campos escondidos en bosques e campos onde os balóns foron -ás veces- lanzados ao cemiterio do lado.

Muy lejos de la Champions League y sus grandes estrellas existe otro fútbol: un fútbol de campos de tierra y barro. Un fútbol en el que los jugadores no son millonarios, si no estudiantes, albañiles, camioneros, vendedores… 

Vin partidos en campos impracticables pola chuvia e en campos cun po de terra seca que deixaba aos xogadores case sen respirar.

Asistín a partidos con máis xogadores que espectadores. Sentín un frío xeado nas bancadas no inverno e unha calor insportable no verán.

» Muy lejos de la Champions League y sus grandes estrellas existe otro fútbol: un fútbol de campos de tierra y barro. Un fútbol en el que los jugadores no son millonarios, si no estudiantes, albañiles, camioneros, vendedores… Un fútbol en el que las porterías están medio retorcidas y los balones son Mikasa. Es un fútbol con el que muchos futboleros nos sentimos identificados.

Aficionado al fútbol y a la fotografía, decidí hace unos ocho años coger la cámara y recorrer Galicia los fines de semana para vivir este fútbol. Visité campos con espectaculares vistas al mar, campos escondidos en bosques y campos donde los balones fueron -a veces- lanzados al cementerio de al lado.

Vi partidos en ampos impracticables por la lluvia y en campos con un polvo de tierra seca que dejaba a los jugadores casi sin respirar.

Asistí a partidos con más jugadores que espectadores. Sentí un frío helado en las gradas en el invierno y un calor insoportable en verano.

*Texto completo y el resto de fotos en Líbero 26:

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