'Pinturicchio (y yo)', por David Acosta Usuario@

Hoy cumplo 40 años. Lo mejor para mi momento de crisis existencial es centrarme en la vida y obra de un dorsal 10  de mi adolescencia y juventud: Alessandro del Piero, Pinturicchio si lo citas en la máquina de café.

David Acosta Usuario@.- Hoy cumplo 40 años. No cuando lo leas, pero hoy cumplo 40. El cambio de dígito siempre es especial pero esta vez es para mal. Porque con 10 ya “eres mayor” y utilizas todos los dedos de las manos, a los 20 te comes el mundo, con 30 descubres un pico de madurez e independencia y a los 40 recibes una carta de tu urólogo y publicidad de seguros de decesos. Los 40 son el dorsal “10” del equipo: o lo sabes llevar, o pesa mucho.

Digamos que no ha sido mi mañana más divertida: he buscado información sobre testamentos, analicé una tabla con la evolución de la esperanza de vida en España, he leído sobre la vasectomía, pensé un epitafio, cogí papel y boli para escribir una carta a mis hijos con el mensaje “abrir cuando papá no esté” y he terminado donde cualquiera lo haría en medio de un bajonazo de semejantes dimensiones: viendo videos de fútbol en YouTube.

Del PieroPINTURICcHIO» Ilustración de Éramos Tantos en Líbero 47

Lo mejor para mi momento de crisis existencial era centrarme en la vida y obra de un dorsal 10  de mi adolescencia y juventud: Alessandro del Piero. Me da vértigo pensar en el inexorable paso del tiempo y en los futbolistas eternos que ya no dejan crónicas en los periódicos. Porque el italiano es la prueba del cambio de siglo, de que vivimos el final de los 90 y comenzamos un nuevo contador con miedo de que los aviones cayeran y el sistema implosionase. El discman, los pantalones de chándal con corchetes, las Adidas Predator y Del Piero estarán en los museos del futuro explicando cómo vivíamos cuando éramos salvajes que soñaban con celebrar goles en el descuento. Las patillas y barba de Alessandro se perfilaron como línea temporal que unía generaciones, de padres a hijos, con devoción por Pinturicchio. Porque en la máquina de café te tienes que referir a Del Piero como Pinturicchio, el apodo que le pusieron por jugar al fútbol como lo haría Bernardino di Betto di Biagio, pintor italiano del Renacimiento. Pero, ¿sabe el bueno de Bernardino lo que pesa la Copa del Mundo? Ya te digo yo que no.*

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