Líbero.- Cuando la próxima campeona del Mundial levante el título el próximo 7 de julio pocos caerán en el valor de esa pieza tan deseada. El fútbol femenino está viviendo el torneo con mayor repercusión y seguimiento mediático de la historia. Es incuestionable que los datos hablan de un recorrido que ha avanzado de forma espectacular en la última década. En una temporada en el que se han vivido partidos históricos que han batido récords de asistencia como en San Mamés (48.121 espectadores) o en el Wanda Metropolitano (60.739 espectadores), también hemos visto detalles que invitan al pesimismo. Patrocinadores como Nike suspenden sus contratos con mujeres que se quedan embarazadas, a jugadoras de balonmano renunciando a su pasión por no poder conciliar el deporte con su vida familiar y a Ada Hegerberg, ganadora del Balón de Oro, ha rechazado jugar el Mundial de Fútbol Femenino para denunciar la desigualdad que todavía existe.
ENTORNO
En un contexto mucho más complejo, Lola Martín Alonso empezó a jugar al fútbol con nueve años, en un equipo sólo de chicos, hasta los 12 años. Desde ahí han sido ya ocho temporadas en Segunda División Nacional, cinco intensos años de convocatorias con la Selección Madrileña ganando dos Campeonatos de España Sub-18, y debutando con la Selección Española siendo internacional en un Torneo de desarrollo Sub-16. Además en los últimos tres años con su equipo, el C.D. Tacón, resultaron Campeonas de Madrid, dos veces Campeonas de la Liga de 2ª División Nacional y un reciente ascenso a Primera División, a la Liga Iberdrola.
FÚTBOL La pasión de Lola Martín Alonso en plento partido
Sin embargo, Lola afirma:
«El año que viene he tomado la difícil decisión de dejar el fútbol. Este año he finalizado mis estudios de Ingeniería de Materiales, y mi intención es hacer un doctorado en los próximos años. Para ello necesito realizar un máster y obtener un buen expediente para poder optar a becas que me ayuden en mis estudios. Todos estos años he podido compaginar dos de mis pasiones, el fútbol y mis estudios, pero ya este año ha sido muy difícil poder rendir al 100% en ambos terrenos de juego. Y en 1ª División sería imposible. Esta decisión la he tomado con la cabeza y el corazón, pensando en mi futuro, y desde una perspectiva realista. Otro hecho que nos ha de hacer pensar lo que nos queda por avanzar y la importancia de la formación de las jugadoras y la necesidad de ayudar en este aspecto.»
CAMPAÑA
Para alcanzar mayor difusión, Lola Alonso, ha centrado su denuncia en el objeto más valioso del fútbol mundial, la Copa en sí. Un trofeo es el reconocimiento al esfuerzo y en el Mundial de Fútbol el valor del trofeo y, por tanto del esfuerzo, según datos encontrados en la red, tiene un valor aproximado de 150.000€. En el Mundial de Fútbol Femenino el valor del trofeo es de 30.000€. Cinco veces menos. Lola ha desarrollado su protesta bajo una carta que encierra muchos de los reclamos que hoy aún mantienen al fútbol femenino a la sombra del masculino.
LA CARTA
A las futbolistas del futuro.
A vosotras que ahora salís al recreo con el balón debajo del brazo, a vosotras que compartís portería con otros tres compañeros, que celebráis un gol imaginándoos en un partido histórico como el del Wanda Metropolitano con más de 60.000 espectadores, que lamentáis el final del partido que pita la profesora anunciando que hay que volver a clase. A las que os ponéis de pijama la equipación de vuestros colores, a las que piden a sus padres que les lleven al campo. A las que sabéis nuestros nombres y nos animáis.
Escuchad, lo estamos intentando, vivimos un momento de cambio, un momento en el que cada vez se le da más importancia al fútbol femenino. Vamos dando pasos, poco a poco, para que vosotras, las nuevas generaciones, tengáis la oportunidad de dedicaros a lo que os gusta de forma profesional: el fútbol. Entre todos queremos conseguir que nadie de vuestra generación se plantee si el fútbol es cosa de chicos o de chicas, que no tengáis que combinar vuestro trabajo, el fútbol, con otro porque el sueldo no os da ni para el alquiler. Lograremos que los sponsors paguen lo mismo a los hombres y a las mujeres, que cualquier mujer pueda combinar sus dos pasiones; sus hijos y el fútbol. En definitiva, luchamos para que tengáis el respeto y los derechos que os merecéis.
Os voy a contar algo curioso, una metáfora de la situación que vivimos. La copa que levantan los hombres en el Mundial de Fútbol tiene un valor de 150.000 euros, y la nuestra, la de las mujeres, 30.000. ¿Qué os parece? Nosotras más que nadie sabemos que lo que generamos está muy por debajo de lo que generan los hombres. Pero no estamos pidiendo que de un día para otro nos pongamos en el mismo nivel en todos los aspectos. Únicamente que nos den las mismas oportunidades y medios para poder usarlos como combustible para hacer funcionar el motor del fútbol femenino.
Y este detalle de la Copa es uno de esos medios que nos servirían como trampolín.¿Cómo vamos a seguir avanzando si la FIFA (Federación Internacional de Fútbol), la institución que gobierna las federaciones de fútbol de todo el planeta, es la primera que, en vez de trabajar por la igualdad, fomenta estas diferencias? Varias empresas han apostado ya por el fútbol femenino y por la igualdad, no estableciendo diferencias entre hombres y mujeres. Por eso, esto que pedimos puede ser un paso que marque la diferencia y nos lleve al lugar que queremos.
Pero no os preocupéis, vamos a cambiar esto para que cuando os toque a vosotras salir al terreno de juego con el himno de vuestra selección de fondo, entre abrazos y confeti, lo que levantéis sea algo más que un trofeo, sea un símbolo de la igualdad. Firma aquí para que las ganadoras del Mundial de Fútbol levanten una copa del mismo valor que la que levantan los hombres. #TheSameCup