¿Pudo ser el fútbol la causa del Alzheimer de Gerd Müller y tantos otros jugadores?

Un estudio demuestra que los exfutbolistas tienen cinco veces mas posibilidades de morir por Alzheimer que la población no deportista. El profesor de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Murcia, José Manuel López Nicolás, analiza las causas.

José Manuel López Nicolás.- Si a cualquier aficionado al fútbol le preguntan por las secuelas que les pueden quedar a los jugadores una vez retirados, las respuestas se centrarían en problemas óseos o musculares. Pocos encuestados se decantarían por la aparición de enfermedades cerebrales. Sin embargo, cada vez hay más estudios que relacionan la práctica del futbol profesional con la aparición de graves patologías como epilepsia, Parkinson, migrañas, Alzheimer o esclerosis múltiple. De hecho, grandísimos futbolistas como Bobby Charlton, Puskas, Alan Shearer, Tata Brown, Pipo Rossi o el recientemente fallecido Gerd Müller que han sufrido alguna de estas enfermedades.

¿Qué dice la ciencia al respecto? Un estudio realizado en exjugadores profesionales británicos publicado en The New England Journal of Medicine mostró que los exfutbolistas tienen cinco veces mas posibilidades de morir por Alzheimer que la población no deportista, cuatro veces más por esclerosis lateral amiotrófica, tres veces y media más por demencia y el doble de probabilidades por Parkinson. La investigación, que contó con el apoyo de la federación inglesa de fútbol y del sindicato de jugadores, también mostró cómo el consumo de fármacos indicados para combatir la demencia era cinco veces mayor en los ex futbolistas que en la población en general. Eso sí, el estudio también mostró que el fútbol promueve beneficios sobre la salud como un menor riesgo de mortalidad por cáncer o por enfermedad cardiovascular.

Los exfutbolistas tienen cinco veces mas posibilidades de morir por Alzheimer que la población no deportista, cuatro veces más por esclerosis lateral amiotrófica, tres veces y media más por demencia y el doble de probabilidades por Parkinson.

Aunque estos resultados impactaron en el mundo del fútbol, no son tan novedosos en el campo de la medicina deportiva. La relación entre las enfermedades neurodegenerativas y algunos deportes como el boxeo y el fútbol americano se conoce desde hace años. Tras estos deportes se esconde una terrible patología denominada Encefalopatía Traumática Crónica (ETC), una enfermedad neurodegenerativa causada por golpes en la cabeza no demasiado fuertes pero constantes que provocan la deposición anómala de la proteína Tau (muy importante y abundante en el sistema nervioso) y la muerte de células cerebrales. Los síntomas típicos de ETC, una enfermedad con gran similitud a la enfermedad de Alzheimer, son la depresión, pérdida de memoria, demencia y comportamiento suicida. A día de hoy la ETC no tiene cura.

MULLER» El torpedo murió el pasado 15 de agosto tras sufrir Alzheimer.

¿Cuál es la causa concreta que origina la aparición de estas enfermedades cerebrales en algunos futbolistas? El análisis en 2014 del cerebro de Jeff Astle, jugador del West Bromwich Albion que murió 12 años antes víctima de una enfermedad neurodegenerativa, reflejó que tenía el mismo aspecto que el cerebro de un boxeador que había acumulado numerosos golpes a lo largo de su cabeza. La hipótesis que más se maneja para justificar este dato es el elevado número de veces que golpean los futbolistas el balón con su cabeza a lo largo de su carrera. El mítico Alan Shearer marcó la friolera de 360 goles en su paso por Southampton, Blackburn Rovers y la Selección de Inglaterra. Un 20% de esas dianas fueron logradas con la cabeza y, como el mismo Shearer afirmó, “por cada gol que anoté de cabeza marqué mil en los entrenamientos, eso me pone en riesgo si es que hay un vínculo entre ambos factores”. A día de hoy Alan Shearer sufre severos daños cerebrales.

El mítico Alan Shearer marcó la friolera de 360 goles en su paso por Southampton, Blackburn Rovers y la Selección de Inglaterra. Un 20% de esas dianas fueron logradas con la cabeza.

Otro trabajo desarrollado en el Albert Einstein College of Medicine de Nueva York establece que el número de golpeos de balón con la cabeza al año a partir del cual se empieza a producir deterioro en el rendimiento cognitivo es de 855. Pues bien, dicho estudio reveló que los futbolistas impactan el balón con la cabeza más de 1000 veces al año. Algunos futbolistas profesionales muchos más.

¿Pueden tomarse medidas para evitar estos graves problemas? En el fútbol americano se está avanzando mucho en el diseño de nuevos cascos. Sin embargo, en el fútbol es más complicado atajar el problema. En EEUU se han prohibido los cabezazos en las categorías menores de 13 años para que las diferentes etapas del desarrollo cerebral se desarrollen correctamente. En el caso de que un jugador golpee la pelota con la cabeza el árbitro sanciona a su equipo con un tiro libre indirecto. Pero debemos ser realistas y reconocer que a día de hoy es imposible que se adopte dicha regla en el fútbol profesional aunque sí se pueden tomar otras medidas preventivas. Una de ellas fue adoptada en 2020 por la International Board cuando anunció cambios obligatorios durante los partidos en caso de sospecha de un caso de conmoción tras un golpe en la cabeza. Sin embargo, no es suficiente.

Estimados lectores de Líbero, la solución definitiva al grave problema expuesto en este artículo comienza promoviendo, desde la FIFA, estudios científicos que, por un lado, arrojen evidencias sólidas sobre la relación fútbol/enfermedades cerebrales y, por otro, propongan posibles soluciones. Luego habrá que tomar medidas por muy restrictivas que sean. La seguridad de los deportistas siempre debe estar por encima del espectáculo.•

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