*Antón Meana.- Un calendario de la asociación Down Asturias presidía el despacho de Enrique Castro ‘Quini’ en Mareo. El Brujo se vuelca con toda iniciativa solidaria y acepta charlar para LÍBERO bajo el paraguas de una bonita iniciativa: Un libro sobre jugadores del Sporting y del Oviedo que apadrinó Vicente Del Bosque cuyos beneficios fueron destinados a niños que sufren esa enfermedad.
Decía recientemente Quique Setién en El País que a los niños de hoy en día no les dejan regatear…
¡Tiene toda la razón! Uno de los grandes defectos del fútbol es que los niños no juegan en la calle. Desde muy pequeños, desde que tienen 6 años, les enseñan a jugar como los mayores y por tanto les impiden desarrollar lo que tienen en su cabeza. Y eso es muy malo. Hay una manía terrible de meterles horas de gimnasio y de hacerles correr sin balón. Un guaje tiene que plasmar con la pelota en los pies lo que se le pasa por la mente. Hace falta técnica, que toquen el balón todos los días.
¿No es un riesgo dar tanta libertad a un niño?
¡Para nada! Hay que dejarles disfrutar, que piensen ellos cuál debe ser la mejor solución en el campo. Y luego aparecerá el papel de los entrenadores y de los profesores, que son muy importantes, pero siempre puliendo los defectos en base a lo visto en el césped. Si un chico pasa poco la pelota, ¡pues que la pase poco! Si otro quiere tirar a puerta desde lejos, ¡que tire! Ya habrá tiempo para quitar esos vicios. Falta el fútbol de la calle. El mundo evoluciona demasiado rápido y nos olvidamos que lo antiguo es lo mejor. Ahora, por ponerte un ejemplo, los críos no saben multiplicar porque con el móvil lo hacen automáticamente. Ahí está el problema.
¿Apoya la frase ‘odio eterno al fútbol moderno’?
Es lo que te estoy diciendo. En mi generación pasábamos horas en la calle y éramos felices. Ahora los chavales no se divierten, o mejor dicho, no les dejan divertirse. Estamos muy equivocados si pensamos que los niños aprenden a gritos. Yo voy a ver partidos cada fin de semana y cuando escucho frases del tipo “no subas, quédate cerrando” o “cubre a ese, que no se te vaya” tengo la sensación de que algo estamos haciendo mal. Al niño hay que dejarle ser niño para que convierta su talento natural en un arma que le permita primero disfrutar y luego hacer disfrutar al público con su forma de jugar.
¿Qué tenía la calle para que dar tan buenos jugadores?
Libertad. Hay cosas que no se enseñan en las escuelas de fútbol. Esas cosas, las que se aprenden en los parques, se están perdiendo. Ahora vas a dar un paseo y no ves nunca a un niño jugar al balón. Esa actividad se reduce a los patios de los colegios en la hora del recreo. En la calle se pedía perdón al rival cuando le dabas una patada. Ahora es casi imposible ver eso incluso entre los más pequeños. A mí todo esto me aleja de los campos de fútbol base, porque me pongo malo.
La gente sigue cantando el “Ahora Quini Ahora” en El Molinón igual que los hinchas del Real Madrid recuerdan a Juanito cada minuto 7 en el Bernabéu. ¿Le emociona?
Es bonito que la gente se acuerde de ti cuando llevas tanto tiempo retirado. Yo tengo que dar las gracias al público porque siempre me han tratado con mucho cariño. Hace poco coincidí en una gala con los deportistas más importantes de nuestro país y con el paso de los años valoras más aún los triunfos obtenidos.
¿El deporte forma parte de la cultura española?
No soy la persona más adecuada para responder esa pregunta. Lo único que tengo claro es que yo, siempre que he representado a España, lo he hecho con mucho orgullo y comprendiendo la responsabilidad que ello significaba. Dentro del país soy asturiano por encima de todo y trato de dejar a Asturias en lo más alto. Lo mismo sentía por España cuando competía fuera de nuestras fronteras.
¿Es el fútbol un deporte solidario?
Me gustaría decirte que sí, pero estamos un poco lejos todavía. El futbolista vive al margen del aficionado, y eso no puede ser. Yo como delegado del Sporting paso a recibir a todos los equipos que viajan a Gijón y cuando viene un club de postín me quedo alucinado. Hay niños que se tiran horas en la puerta de un hotel con un papel y un bolígrafo para que su ídolo les haga un garabato y cuando llega el autobús, los futbolistas pasan oyendo música con lo cascos y no miran a nadie. Nadie acaricia a un chaval, nadie para a sacarse una foto…. A mí se me cae el corazón al suelo. Hay chavales que no duermen por los nervios de ver a sus estrellas y a otros se les caen incluso las lágrimas por la emoción. Todos sabemos que hacen cola durante horas para nada y no ponemos remedio a esta situación.
«Hay chavales que no duermen por los nervios de ver a sus estrellas y a otros se les caen incluso las lágrimas por la emoción. Todos sabemos que hacen cola durante horas para nada y no ponemos remedio a esta situación»
Le noto desencantado
Tampoco es eso. El fútbol es mi vida y yo soy muy feliz. De hecho creo que deberíamos desdramatizar las derrotas. No podemos dejar de sonreír por no ganar un partido. Lo mejor de este deporte es que cada seis días hay una nueva revancha. Pero sí me da rabia que los jugadores no se den cuenta de su influencia sobre los más pequeños.
Está usted muy pendiente de la imagen que reciben los niños por parte de sus ídolos…
Es nuestra obligación. Los profesionales deben prestar atención a las chorradas que hacen cuando marcan un gol porque hay muchas personas mirando. Los niños son como una esponja y siempre repiten lo malo. Mi nieto de 7 años imita los gestos de los jugadores de Primera División. Yo le digo muchas veces ‘me encantaría que fueras tan bueno como ese, pero su manera de ser no me gusta. Hay que ser más humilde, hay que ser deportista’
¿Qué significa para usted ‘ser deportista’?
Significa dar lecciones en el campo con nuestros actos. Tengo claro que al fútbol actual le falta educación. Se ha perdido el respeto, ya no se transmiten valores. Y no creo que sea culpa del dinero, porque el fútbol siempre movió mucho dinero y antes no era así. Me da rabia ver como un futbolista hace teatro. Pedimos a los árbitros que no se equivoquen y cuando estos van a pitar se encuentran con gente que sólo quiere engañarles. Eso va contra los principios del deporte. Y los medios tenéis que denunciarlo. Yo os pediría que intentarais sacar la parte buena del fútbol, y no siempre el lado negativo.
Ahora que habla del papel de la prensa. ¿Se imagina su época de profesional rodeado de tantos medios de comunicación como hay ahora?Hay que adaptarse a los tiempos. Hace años sólo podías ver los goles de los partidos en Estudio Estadio o leer las crónicas a la mañana siguiente en el Marca. El mundo ha evolucionado y hay que aprovecharlo, aunque no siempre los avances sean positivos al 100%, como te explicaba antes con el ejemplo de los niños que no saben de memoria ni la tabla de multiplicar. Pero repito, hay que adaptarse a los tiempos y disfrutar de ellos.
¿Cuáles son los nuevos tiempos del fútbol?
Quieren convertir al jugador en un atleta. Antes no se miraba tanto esas cosas. El jugador actual es más presumido, piensa más en su físico y se acerca más al prototipo de un profesional del atletismo. A todo esto hay que sumarle la velocidad del juego. Cuando yo estaba en activo los partidos tenían un ritmo más lento.
*entrevista publicada en nuestro número siete. FOTO 1: PUCHE