Ray Loriga: «Mis ídolos eran los 7 que tenían que ver conmigo»

Asegura que el éxito le sorprendió demasiado joven y se le fue algo la cabeza
pero a juzgar por los protagonistas de sus anécdotas: Figo, Guti, Guardiola,
Di Stéfano… que le quiten lo ‘jugao’.

Diego Barcala.- El Real Madrid está en debacle tras perder con el Girona en casa en un partido a la hora en la que el mito dice que Ray Loriga (Madrid, 1967) está desperezándose. La entrevista sin embargo es a las 16.00, en una terraza se su barrio de Chamberí. “¿Qué hora más tonta no? Venga, una cerveza”, y enciende un cigarro. Como un mediocentro que organiza su equipo señala cada uno de los mejores lugares de la zona para ver el fútbol. “Ahí había un viejo irlandés donde iba a ver el fútbol con Chus Visor y sus hermanos para que me insultaran porque son muy del Atleti. Somos muy amigos en todo menos en esto”.

Es el tercer intento de entrevista, sin embargo está convencido de que ya ha salido en Líbero. “Si me encanta la revista, le compraba en el VIPS”, reconoce. Le traiciona la memoria. Le explico que nos habíamos conocido en un bar cercano hace unos años en los que ya hicimos un 'informe Pirri' de altas y bajas necesarias para el Real Madrid y hablamos de Butragueño y de su ídolo Juan Gómez Juanito. “Recuerdo una cosa muy bonita que decía Peter Handke que recorrió España en un ensayo que se llamaba ‘Buscando en la jukebox’ y escribía algo de Butragueño al que decía que había visto en un partido embarrado.  En mitad del barro, Emilio estaba de blanco inmaculado y decía: “Ese tiene que ser el bueno”.

«Me encantaba Maradona, Osvaldo Ardiles, Juanito que le seguía desde el Burgos, tenía su cromo, Pierre Littbarski que era un jugador ardilla y rápido en la selección alemana. Lo que más me gustaba en el fútbol era el regate.»

Juanito era tu ídolo.
Sí. Mis ídolos eran los 7 que tenían que ver conmigo, que fueran bajitos, aunque mi 1,73 era normal en mi época. Ahora hay jugadores de 1.90 como Cristiano, Sergio o Benzemá que juegan con los pies que te cagas. Me encantaba Maradona, Osvaldo Ardiles, Juanito que le seguía desde el Burgos, tenía su cromo, Pierre Littbarski que era un jugador ardilla y rápido en la selección alemana. Lo que más me gustaba en el fútbol era el regate.

El actor Antonio de la Torre se ofreció en Líbero a interpretar a Juanito en un biopic. ¿Te animas con el guión?
La vida de Juanito no sé si es para contarla. Era el tipo más disparatado del universo. Su personalidad sería inasumible. Era tirando a fascista, franquista… luego tuvo los momentos con Matthaus, le pisa la cabeza, luego se va solo a pedirle perdón y le regala un estoque. Y salía siempre de esas trifulcas y decía: “Es que ese no era yo. Yo no soy ese”. Se le iba mucho la pinza. Pero tenía unas cosas técnicas increíbles. Tiraba una falta del revés que yo no se lo he visto ni a Messi que las tira mejor. Tenía efectos raros, que eran inauditos. A Antonio le pega. Es más rubiasco pero podría dar el tipo muy bien. Malagueño, boquerón. Pensando en Antonio podría pensar en algo. Es de los pocos que daría el tipo para interpretar a este tipo tan extraño. 

En tu nuevo libro ‘Sabado, domingo’, se percibe alguna referencia futbolística. Aparece un Arbeloa. ¿Algo que ver?
No. Es uno de mi colegio. Nacho Arbeloa, de mi primer colegio el Stoa Liceo de la calle Jorge Juan.

» CHAMBERÍ Loriga es ya un icono del barrio madrileño donde vive y ve el fútbol en los bares. Fotografía Lino Escurís

Como en el libro le apodan “péndulo” creía que era una derivada de cono. Eso va sin segundas. Tenía otro amigo de mi infancia al que llamábamos Tic Tac porque era un chico que tenía un problema neurológico y la cabeza le hacía así todo el rato (movimiento pendular) y le llamábamos Tic Tac. Tenía un cuello tremendo. Claro, de hacer así con la cabeza toda su infancia desarrolló un cuello toro como el de los All Blacks. Ni Fernando Alonso.

Hay otro que tiene un bar y siempre fía y se llama Floren. ¿Algo que ver con Florentino Pérez?
Nada que ver porque Florentino no fía. De hecho, desde que está no me han invitado al Bernabéu. Y eso que estuvo un amigo mío, Miguel Pardeza, que me invitaba de cuando en cuando. Pero dejé de ser socio cuando me fui a vivir a Nueva York. Tantos años fuera y pagar las cuotas que no son nada baratas… el primer año pagaba hasta el abono, pero iban mis amigos. Encantados, claro. Llego un momento que dejé de pagar.

 «Lo que pasa es que el Madrid es muy duro y muy poco generoso. Ahora por ejemplo Marcelo es el tonto del pueblo. Es increible. Entró con 18 años, es prácticamente un canterano»

¿Cómo vivías el fútbol en EEUU?
Lo veía, era gratis, en ESPN que era cojonudo. A las 14.45 con el cambio de hora, me quedaba en casa y los veía todos. Los Mundiales los veía perfectamente gratis y la Liga también. Todo gratis.

¿Alguna explicación a que el fútbol no triunfe allí?
Siempre se dice que está subiendo el interés. Sube mucho en federados. En los colegios se juega mucho. Los amigos de mi hijo jugaban y siempre estaban pidiéndonos que les lleváramos banderas, camisetas… No era como ahora que hay tiendas en todas partes. Y había afición más por jugar que por el forofismo de la televisión porque ellos ya tienen deportes en los que las temporadas se cruzan entre beisbol, fútbol americano, NBA…

Eso, para hacer la fiesta entre barbacoas o en casa, lo tienen ya muy montado. Empezó siendo un deporte muy femenino. Estoy hablando de entre 1996 y 2002 que es cuando estuve allí, justo después de las torres gemelas. Recuerdo que veía más el femenino que el masculino porque era mejor fútbol. De hecho, no es casualidad que esa generación de jugadoras americanas dominara el fútbol. El juego era más sofisticado y técnico y se parecía más al que nos gusta que el masculino. Era la época de Lalas, aquel chiflado que tenía un grupo de rock.

¿Recuerdas algún momento específico que te tocara vivir en la distancia?
Sí me acuerdo del Mundial que ganó Francia. Estaba allí y como España estaba acabada salí a celebrar con los franceses porque Zidane era mi ídolo. ¡Allez bleus! a las 4 de la tarde. Nos miraban como diciendo, vaya chiflados. Veía los partidos en la casa de España, algún bar vasco de Nueva York, en el Hotel Don Quijote, el Hotel Chelsea que siempre fue propiedad de españoles.

En el momento de la entrevista Zidane todavía no había vuelto al banquillo madridista pero Loriga recuerda durante la sesión de fotos de la entrevista una anécdota del francés como jugador: “Era un partido contra el Dépor en el Bernabéu, al principio de llegar y yo estba viendo el partido con Di Stéfano en el palco. Recuerdo que Zidane metió un golazo o algo así y Don Alfredo me decía: “che, es bueno este tipo”. Yo le decía, claro Don Alfredo, es muy bueno. Y repetía: “No me llames Don Alfredo. ¡Es bueno este tipo eh!”.

Siendo tan fan del fútbol en la tele ¿Qué opinas de los horarios de los partidos?
Me parece que es inevitable, pero es una putada. A veces me pregunto si el partido del Girona del otro día lo hubiéramos perdido si no hubiera sido a las 12. Es una hora en la que los biorritmos emocionales no los tienen dispuestos. Son profesionales y les va en el sueldo saber jugar después de cualquier viaje u horario pero también son humanos y también el Girona jugaba en esas circunstancias. Se me hacen partidos muy raros. Desde fuera te acoplas. A mí por ejemplo me gusta el patinaje artístico y suelen ponerlo a las 4 de la mañana. Yo me pongo el despertador pero es mi afición personal, no pido que cambien el horario para que sea más cómodo para mí. Incluso le he cogido cariño a ser uno de los pocos que lo está viendo, incluso antes de Javier Fernández.

Explícame ese deporte.  Soy un ignorante en deportes que dependen de un jurado.
Es una especie de VAR. Pero es tremendamente técnico. Si es un salchow, o triple salchow, si has metido cuatro salchows… Un cuádruple en el programa pero lo dejas en tres te quitan puntos, si sales con el filo interior tienes que dejarlo con el exterior y viceversa… tienen un montón de cuestiones técnicas muy precisas que después de muchos años viéndolo, lo entiendo.

¿Te aficionaste antes incluso de Javier Fernández?
Lo veía mucho antes. De hecho a Javier Fernández lo empecé a descubrir cuando empezó a destacar en el Gran Prix. Pensaba: ¡anda, un español en esto. Es rarísimo! Yo seguía a Pliúshchenko, Sasha Cohen, Tonya Harding… todos aquellos mitos.

¿Y lo practicas?
No lo he practicado. Esta afición me viene porque mi abuela era de Jaca y entonces nos llevaban en verano e invierno al palacio de hielo que era el epicentro del patinaje artísitico. El único que había en España. Había gran tradición. Lo intenté un par de veces, me caí de culo y dejé de hacerlo. Pero cogí la afición.

Hablemos de los protagonistas del libro. Tengo la sensación de que te gusta ir a contracorriente literaria. En lugar de buscar personajes luchadores, épicos, trastornados… son vividores. Estos por ejemplo se dedican básicamente a fundirse la pasta bebiendo en un VIPS, cazan…
Son dos panolis. Tienes razón. No sé si es una decisión consciente. Por ejemplo Trífero también era un personaje que se hacía pasar por físico cuántico. Vida disoluta, diletante… que no son ni bohemios. Son una especie de ningunos. Son el hombre sin atributos de Musil. Me gusta mucho pensar en cómo se puede uno ganar la vida sin hacer gran cosa. Eso siempre me ha fascinado. Me produce envidia porque empecé a trabajar a los 17 años. Me refiero a trabajar en una tienda, con un horario… y de una manera o de otra he estado siempre trabajando y me gusta soñar cómo sería la otra posibilidad. Sobrevivir sin grandes metas.

"A veces me dicen que son perdedores pero no, porque ni siquiera lo intentan o lo están intentando. No puedes llamar perdedor a alguien que ni juega. Me gustan esos que ni juegan."

Vamos, que no te interesan ni los perdedores ni las víctimas.
No los suelo utilizar. Esos a los que la sociedad no les ha permitido progresar. No, son más bien tipos que no han querido. Uno su plan de vida es cazar, el otro que juega al tenis pero sin mucho interés, estudian pero sin muchas ganas. Sí. Me gustan esos personajes. A veces me dicen que son perdedores pero no, porque ni siquiera lo intentan o lo están intentando. No puedes llamar perdedor a alguien que ni juega. Me gustan esos que ni juegan.

¿Y en tus filias futbolísticas? ¿Te gusta esa filosofía?
En el fútbol soy del Madrid por tanto lo que me gusta es ganar todo lo que se pueda a ser posible. Cuando eres del Madrid desde niño… Mi hermano es del Atleti y dromíamos cama con cama, nos llevamos 16 meses y jugábamos en el mismo equipo del barrio, en El Plantío, Aravaca, Majadahonda…

¿Creía que de niño jugabas en la zona de Fuente del Berro?
Ahí era donde empecé con porterías de jerseys. ¡Ha sido alta! se decía porque no había larguero ni postes. El portero era el que lo decía. Esa nobleza de aquel fútbol me gustaba. Ha sido falta y bastaba que lo dijeran dos del otro equipo. La discusión no duraba nada, menos que el VAR. Si te tocaba un portero bajo, tirabas más bajo y si era más alto tenías más margen. El portero decía: “He saltado todo lo que he podido”. Y a partir de ese límite era fuera. Los partidos iban de corrido y luego al final he de decir que ganaba el mejor. Eran partidos de muchos goles, de críos con defensas poco serias. Bueno, los defensas sí eran serios porque pegaban hasta en el carné de identidad, no había entrenadores… Luego ya sí en las liguillas.

¿De qué jugabas?
Yo jugaba de 7 a lo Juanito Gómez, una especie de falso delantero, defender, lo mío, lo mínimo, tenía buen regate, disparo mediocre… pero sí metía goles. En el colegio del St Michaell’s, a partir de los 9 o 10 años, hacíamos una liga contra otros equipos de colegios ingleses y la verdad es que ganábamos siempre y metía los goles.

Siempre se cita a Albert Camus o Chillida como artistas que expresaron lo que aprendieron de la vida jugando al fútbol.  En tu caso ¿Qué te enseñó el fútbol?
Las relaciones de grupo, sociales, de enfrentamiento, de camaradería… En los equipos amateurs teníamos relación con esos equipos de rugby. Yo volvía a casa sangrando por los patadones y mi madre nos decía: “¿Pero esto os divierte?”. Esto es la bomba mamá. Y sí, tomábamos unas cervezas en el tercer tiempo.

Es curioso que las posiciones en el campo van unidas a las personalidades. En tu caso, un extremo creativo.
Individualista. Mi hermano era muy buen defensa, durísimo, era dificilísimo de pasar, rápido al corte, tipo Puyol. Aprendía a regatear jugando los goles regateaos contra él. Entraba fuerte, pero noble. Cuando le regateaba a él pensaba que podría con cualquiera. Estaba entrenado. Te conviertes en un individualista y la posición de delantero define que si en un partido metes un gol, has cumplido tu tarea. Si pierdes 3-2 y tú metes los goles, yo miraba y decía, a mí no me miréis, yo he hecho mi trabajo tío. Sí, te convertía en un individualista. Era necesario. Es lo que se dice de Benzemá, que le falta el individualismo. Ronaldo el bueno, que decimos algunos, el gordo, dicen otros, lo mencionó en alguna ocasión. Por eso le fue bien en muchos equipos porque le daba igual lo que había detrás. Lo he hablado con Xabi Alonso, que es un timonel que vigila todo, adelante y atrás. Pero el delantero, con meter un gol, ha cumplido con creces.

Sueles decir algo muy futbolístico de tu vida, que el éxito te llegó muy joven y no lo supiste asumir del todo.
Me pasó un poco eso. A un nivel económico menor que los futbolistas. Aunque antes no era lo que es ahora. Por ejemplo me acuerdo que Benito tenía un local, de alterne por decirlo de alguna manera, frente al Bernabéu al que yo iba con mi padre al acabar el partido y allí estaba Pirri… No eran esas cosas de irte a vivir a La Finca, 7.000 guardaespaldas y esos coches tan enormes. También se ganaba menos dinero. Sí, tuve esa sensación, salvando que con la escritura no se gana tanto dinero, pero esa sensación de 'upgrading' social sí la tuve.

El bar donde antes hacías cola y decían tú sí, tú no, tú sí, tú no… y tú eras de los tú no, de repente apartaban la cola y el 'velvet rope' y te dejaban pasar a ti. Y nada más entrar te ponían la copa y pide por esa boquita y cuando eres muy joven se te va un poco la pinza, muchas chicas, mucha atención, muchos favores, mucho te quiero… Y sí, lo he hablado a veces con Guti por ejemplo que hace mucho que no lo veo pero hemos tenido amistad y le quiero mucho, aparte que le admiro mucho, y sí cuando eres joven pues se te va un poquito claro.

¿Ves a Guti de entrenador?
Se ha puesto muy serio creo. Sí le veo, está entrenando hace tiempo. Aparte como la leyenda ya la tiene encima. Es que Guti sale mucho. Bueno, eso ya lo saben aquí y en Turquía.

"Hay un Guti en la historia o un Mágico González. Pero porque tenía un talento prodigioso. En eso es muy abusón. Mágico decía, me duermo y en la segunda parte hago una maravilla."

Quizá haber sido así es una ventaja para entrenar. Saber de primera mano lo que está mal.
Sí, es una ventaja. Pero no por mal desde el código moral, mal para el equipo. Hay un Guti en la historia o un Mágico González. Pero porque tenía un talento prodigioso. En eso es muy abusón. Mágico decía, me duermo y en la segunda parte hago una maravilla. El fútbol se ha puesto a tal nivel que no basta con ser buenísimo, hay que entrenar como el que más, son duros, la gente va al corte como cuchillas de afeitar.

Otro momento futbolístico de tu carrera es cuando te fuiste a Oriente Medio a hacer algunos proyectos.
En Arabia Saudí. Sí, eso de irte a hacer las arabias, donde financian cosas. Era un musical y una película con Agustí Villaronga que no se ha estrenado, supongo que saldrá el año que viene y era una coproducción con Inglaterra. Veía fútbol todo el tiempo poque es un sitio donde no hay alcohol y en aquella época ni mujeres. Estuve seguido 20, 30 días… sin nada de alcohol, cero cachondeo. Pero te puedes ver todo el fútbol del universo.

¿No te parece un poco pobre que los futbolistas, que pueden elegir jugar donde les plazca, elijan irse allí por dinero?
Espero que no se enfade ninguno de los dos pero recuerdo una conversación de una cena que tuve con Figo y Pep [Guardiola], que no estaba todavía entrenando al Barça, y Pep le habló de las ventajas e inconvenientes de Catar cuando Figo se iba a ir del Madrid. Y Figo le preguntaba por la liga ahí y le decía que en realidad eran 10 partidos, entre promociones y sponsors… buenos sueldos claro está, pero fútbol de bajo nivel. Y Figo estaba sí no sí no y cuando Pep se fue al baño me dijo que se iría al Inter porque creía que le quedaban dos años de jugar al fútbol de verdad.

"Figo se medía consigo mismo. Le tengo mucho aprecio, es muy inteligente. Es un poco callado, reservado, muy propio de los portugueses, quitando Cristiano que es de Madeira. Y tuve buena amistad con él, de hecho cuando le veo nos damos un abrazo cariñoso."

Figo se fue algo enfadado con el Madrid. Creía que estaba a buen nivel.
Se fue al Inter. Es uno de los futbolistas más sensatos que he conocido en mi vida. Él se medía consigo mismo. Le tengo mucho aprecio, es muy inteligente. Es un poco callado, reservado, muy propio de los portugueses, quitando Cristiano que es de Madeira. Y tuve buena amistad con él, de hecho cuando le veo nos damos un abrazo cariñoso. Ahora le veo menos. Pero me decía: antes me iba en el regate por esto [el gesto de un centímetro] y en el fútbol la distancia entre un genio y un idiota es esa. Entre irte y meterla por la escuadra… Y cuando estás acostumbrado a ese nivel, esa deriva de pérdida lo notas. Aunque con oficio y experiencia puede suplir cosas, notaba que le faltaba para volver a ser el mejor jugador del mundo como había sido.

 

Era un gran profesional y aprendió a adaptar su juego a la edad.
Es verdad que quiso demostrar que todavía estaba para fútbol de primer nivel, y lo estaba. Lo que pasa es que el Madrid es muy duro y muy poco generoso. Ahora por ejemplo Marcelo es el tonto del pueblo. Es increible. Entró con 18 años, es prácticamente un canterano. Se ha criado en este club y lo hemos conseguido todo juntos y no hay ni esto de respeto. Ya no digo paciencia y misericordia que no se lo merece, lo que se merece es admiración. No hay ni esto de respeto. A los tres días es un boquete, un agujero… Me pone malo.

«El Madrid no puede hacer esto de ya no me sirves. Todo el mundo te señala con el dedo»

Pasó con Raúl, con muchos jugadores. Entiendo que es fútbol de hiperélite y no puedes tener a un jugador que no esté al 100% pero hay maneras de respeto que deberían ser obligatorias y hacen a un club más grande. El Madrid no puede hacer esto de ya no me sirves. Todo el mundo te señala con el dedo. Quita a Marcelo de la historia y a ver qué habríamos ganado. Son muchos, Sergio, por supuesto Cristiano.

No voy mucho a Las Ventas pero creo que al Bernabéu va un público como lo del Tendido 7 donde la gente se cree más entendida cuanto más grande es al que critican.
Conozco mucho Las Ventas y esa cultura de la crítica constante puede parecerse. El Madrid presumió siempre de no pasar ni esta y de ahí su excelencia. Pero a veces es absurdo y excesivo. Se convierte en una falta de respeto. Me lo dijo Rafael Azcona hace millones de años. Este país es como una carrera en la que empiezan miles y los que se agotan se van pasando a la grada. Y al final quedan dos corriendo que son los mejores pero hay 10.000 insultándoles que no han podido llegar ahí.

Son los mismos que suspiran por la vuelta de Mourinho.
Es un rumor eterno y lo veo absurdo. Un viejo adaggio dice que nunca vuelvas donde fuiste feliz y es que en este caso ni siquiera lo fuimos. No fui feliz con Mourinhno. Con el equipazo que es el Madrid no le sacó ni el porcentaje mínimo exigible a un entrenador. Otra cosa es que me cae bien y ha conseguido cosas como en el Porto pero me parece que su figura se lo ha comido un poquito.

Leí en un artículo tuyo que teorizaba sobre el enamoramiento de Mourinho respecto a Guardiola.
Mou estaba enamorado, estaba seguro. A Mou le gusta Peeep, a Mou le gusta Peeeep. No es envidia, es que le admira tanto. Es como cuando te pega una niña inopinadamente en el colegio y te dicen: eso es que le has gustado. Algo había. Esa absurda época de Mou para ganar una Copa del Rey pero demostrar que se les podía ganar. En un partido vale, pero a la larga su técnica no funcionaba. Y en cambio la de Zidane sí, y con mucha más tranquilidad por cierto. Hablando de artículos, el que más me gusta es uno que le escribí a Guti en Marca que se llamana ‘El que enciende la luz’, era de una de esas temporadas donde no hay más que un bosque de piernas y salía Guti y decía: por aquí, y cruzaba las líneas con un pase. Era como si jugáramos a oscuras y saliera el bueno de Guti y decía por ahí, tenía ese don y esa técnica. Xabi Alonso tenía esos pases de 40 metros que parecían envíados por Amazon.

Una última pregunta. ¿Estás a favor del VAR?
Escribí un par de artículos. Estoy a favor a pesar de que es un cortarrollos absoluto. Un amigo del Atleti me decía que te quita lo de gritar gol como si no hubiera un mañana. Al aficionado le jode. Imagina un minuto 93, yo grité que lo oyeron los chinos. Pero imagina que estás: espera espera… eso hace daño pero el juego lo hará más justo. Pero es un cortarrollos. •