Ricardo Gómez & David Serrano. Conexión 'Días de fútbol'

Director y actor triunfan con ‘El hombre almohada’ en las tablas, pero Gómez pagaría por haber participado en ‘Días de fútbol’, la película de Serrano que triunfó hace casi 20 años y que se ha convertido en un clásico intergeneracional de aficionados, actores e incluso futbolistas.

Fermín de la Calle.- Aprieta el calor a media tarde cuando aparece Ricardo Gómez por la entrada de los Teatros del Canal, donde hemos quedado con él, y con el director y guionista David Serrano, con quien estrena con éxito de crítica y público 'El hombre almohada' en Madrid junto a Belén Cuesta. Serrano es un guionista que saltó a la dirección de cine y ahora ha ampliado su rango hasta convertirse en director, productor y guionista de cine, televisión, teatro y musicales… Ricardo hace meses que salió de la piel de Carlitos, aquel niño entrañable y travieso que se convirtió en el hermano pequeño de media España gracias a 'Cuéntame', para convertirse en un actor transversal que compatibiliza arriesgados papeles de teatro con audaces personajes de cine. Sin embargo, a este encuentro acude, sin que lo sepa Serrano, en calidad de futbolero y groupie de 'Días de fútbol', la comedia que dirigió David en 2003 y que se ha hecho mayor de edad envejeciendo magníficamente. Hasta el punto de conquistar a una generación, la de Ricardo, que apenas tenía 11 años cuando se estrenó. Conversamos con ellos de cine y fútbol, dos disciplinas que han convivido poco en España.

¿Qué relación tenéis con el fútbol?
David Serrano (D.S.): A mí me ha gustado el fútbol siempre desde pequeño. Nunca he jugado bien, pero me encantaba. Me podía tirar ocho horas en la calle jugando con los amigos en verano. Además, lo disfrutaba mucho. Mi amor por el fútbol era mucho mayor que mi talento. Y como espectador también, aunque en los últimos diez años me he ido desenganchando. Si hay un partido importante o una final de Champions, la veo. Pero ya no lo sigo. Es curioso porque ya no veo partidos, pero sí leo al día siguiente los periódicos. Me gusta más leerlo que ver los resúmenes. Yo de pequeño quería ser periodista deportivo.

Ricardo Gómez (R.G.): Yo periodista deportivo no he querido ser nunca. ¡Ja, ja, ja!

DS.: ¿Tú nunca has querido ser otra cosa que actor? ¿Ya cuando empezaste con 7 años, tenías claro que ibas a ser actor?

RG.: Ya estaba todo el pescado vendido. 

DS.: ¿A los 9 o 10 años no quisiste ser otra cosa?

RG.: Futbolista, a lo mejor, pero tampoco era tan bueno. Yo siempre fui consciente de mis limitaciones y eso está bien. Verlas pronto, ayuda. Lo tuve super claro. A mí de muy pequeño, no me gustaba el fútbol. Comenzó a gustarme a los 9 años.

«Cuando jugaba federado, esos cinco minutos desde que salías del vestuario hasta que empezaba el partido tenía los mismos nervios que cinco minutos antes de salir al escenario», explica Ricardo Gómez.

¿Por algún motivo en concreto?
RG.: A mi mejor amigo le encantaba y empecé a jugar al fútbol con él. A ver futbol empecé mucho más tarde. Yo fútbol no veía, pero sí jugaba. Iba a todos lados siempre con un balón. Al rodaje, al colegio... Y luego me federé y acabé jugando. La verdad es que el fútbol tiene una cosa que es bastante común con el teatro. Es acojonante. Cuando yo jugaba federado, porque ahora cuando juego las pachangas no me pasa... Pero cuando jugaba federado, los cinco minutos desde que salías del vestuario hasta que empezaba el partido, tenía los mismos nervios que cinco minutos antes de salir al escenario. Sí, sí. Y son los mismo putos nervios. Y eso que yo jugaba federado en 2ª Regional... Además, pones el pie en el escenario y se te pasan, como en el fútbol. Y he hablado con futbolistas profesionales que conocen esa misma sensación de los actores. Es la sensación del escenario.

Pero siempre hemos hablado de que para ti el fútbol tiene un efecto terapéutico.
RG.: Ahora y siempre. Porque estar una hora pensando, de todas las cosas que tengo en la cabeza, en fútbol... Ahora más aún, pero de chaval imagina que tenía en la cabeza: el colegio, el rodaje, el instituto... Y tener una hora para solamente pensar en una pelota y tres palos es la hostia. El fútbol me hace olvidarme de mi vida. Es guay.

RICARDO» El actor en un momento de la charla con el director de 'Días de fútbol'. Foto: Lino Escurís

David, tú utilizas el fútbol de otra forma. En 'Días de fútbol' lo usas como el escenario que te permite proyectar un comportamiento diferente de los personajes al de su vida real, o asumiendo roles distintos.
DS.: La verdad es que no sé muy bien por qué elegí el fútbol. No me acuerdo por qué puse a jugar al fútbol a los personajes.

RG.: Bueno, hay algo de regresión a la infancia.

DS.: No sé, la verdad. Yo empecé a jugar menos al fútbol a partir de los 16 o 17 años porque me aumentaron las dioptrías. Y yo no aguanto las lentillas, tengo pánico a tocarme los ojos. Incluso a veces para echarme unas gotas monto la de Dios es Cristo. Es fobia. Y claro hay un momento en que me quito las gafas y no veo bien. Pierdes reflejos y con las gafas no se juega cómodo. Y recuerdo que empecé a jugar menos por eso y cada vez me sentía más torpe. Pero sí que seguía jugando algunos sábados con mi tío y sus amigos en La Elipa. Eran muy malos, tan malos que el mejor era yo, siendo como era yo, muy malo también. Y creo que me quedé con algo de esos sábados a los que iba por la mañana y a lo mejor sí que esos amigos de mi tío que siguen siendo amigos a través del equipo de fútbol tienen algo que ver. Era un buen vínculo para mantener unida a gente de diferentes trabajos, de diferente estrato social... Era un buen sitio para unirlos. Y pensándolo ahora, creo que lo elegí por eso.

RG.: Te lo digo abiertamente, mi película preferida del cine español sin contemplaciones es 'Días de fútbol'. Lo que la hace universal dentro de esta nación es eso que te decía del regreso a la infancia. Hay algo en ese fútbol amateur que hace que seas un empresario con millones en el banco, o un chaval de La Elipa, da igual. Todos hemos vivido eso de bajar a jugar con la pelota y ser iguales. Y eso es algo que ocurre muy pocas veces. La representación absoluta de lo que hacíamos en la infancia. Y el hecho de poner a adultos a hacerlo es una genialidad.

«Te lo digo abiertamente, mi película preferida del cine español sin contemplaciones es 'Días de fútbol’», confiesa Gómez.

El punto competitivo de ese escenario que es el fútbol te permite llevar las escenas y las situaciones a los extremos.
DS.: Eso es. Me parece muy ridículo que gente que queda a jugar un partido los sábados donde no se juega nada, llegue a pegarse. Es increíble. Que la gente se enfade y se pique me parece increíble. Mi hermano jugó al baloncesto un poco más serio, en Estudiantes, y entonces me acuerdo que íbamos a verlo mi padre y yo, porque saco diez años a Alejandro. Y veíamos a algunos padres que eran auténticos pirados, pero una cosa muy patética. Todo el mundo ese que hay alrededor del deporte amateur, infantil...

RG.: Es súperpatético.

DS.: Es muy ridículo. Me parece que ver a dos tíos de 35 o 40 años peleándose por un partido de fútbol un sábado o un domingo por la mañana es muy gracioso porque es muy patético.

En un principio, la idea era que 'Días de fútbol' fuese una trilogía en la que contabas cómo les iba en la treintena, cuarentena y cincuentena...
DS.: Esa era nuestra idea. Cuando estábamos en el rodaje siempre hablamos de hacer tres partes. Se intentó hacer la segunda, pero finalmente Telecinco no la quiso hacer. Llegamos a escribir un guión, Diego San José y yo. No estaba acabado el guión, pero había un buen punto de partida. Había cosas muy divertidas, además era en plena crisis, con lo que estaban todos los personajes en plena crisis económica... Era el horror. Pero no la quiso hacer Telecinco y la verdad es que ahora con los años... Debo decir que últimamente me han tanteado un poco porque la querían levantar.

RG.: La vamos a hacer. Hay que hacerla.

DS.: Yo creo que no. En los últimos años está pasando una cosa muy bonita con 'Días de fútbol', una película que yo no soporto, por otro lado. No puedo verla más de dos minutos, me pongo muy nervioso... No me gusta nada. Es algo que no puedo explicar, me pongo muy nervioso. Es muy difícil ser director de cine porque ves tu propia incapacidad todo el rato. Es muy duro. Tengo mejor recuerdo de las secuencias. Aunque de algunas ni me acuerdo, de otras sí, con algunas frases y recuerdo qué graciosos estaban Roberto, Ernesto o Alberto. Pero verlo no. Lo paso mal. Tuve una novia que no era española y no conocía la película y un día se la puse. No la había vuelto a ver desde 2004. Fue alrededor de 2011 o por ahí. La puse un día y a los 20 minutos no podía seguir. Lo estaba pasando mal.

RG.: Joder, ha envejecido muy bien.

Ha envejecido tan bien que ha inaugurado casi un género.
DS.: Lo que está ocurriendo es muy curioso, porque que generaciones más jóvenes como la de Ricardo, me escriben en twitter e instagram, y me dice que la peli está envejeciendo muy bien. Algo que para mí es completamente inexplicable. Pero también es muy agradable y bonito que haya gente de 25 años que te diga: Hostia, me flipa 'Días de fútbol'. Un día recuerdo que Alex García y Miguel Ángel Silvestre me hacían las escenas en un rodaje, porque se la sabían de memoria.

RG.: Yo me sé los diálogos de memoria. Te la puedo doblar entera.

DS.: Yo flipo con esto. Por edad no les corresponde porque no eran de la generación de los personajes. Está pasando una cosa muy bonita y hacer una segunda parte es cagarla un poco.

RG.: De eso nada, hay que hacer una segunda parte.

«Cambié el guion de ‘Días de fútbol’ por lo mal que jugaban los actores», recuerda David Serrano.

DS.: Otra cosa es coger ahora a otra generación de actores y hacer otra. Pero la que está hecha, está hecha. Pero bueno, esto te lo estoy diciendo ahora y a lo mejor en seis meses me encuentro un día con Alberto, Roberto, Ernesto o Secun y se hace.

Además, tengo entendido que aquello fue un poco encerrona porque no teníais el guión casi ni acabado cuando empezasteis a grabar.
DS.: Fue una locura. Yo me fui fuera de España en febrero y empiezo a escribir entonces el guión. ¡Y se empezó a grabar en septiembre! Si no conoces las fechas del cine, te puede parecer más o menos. Pero no tener un guión terminado siete meses antes es una locura. ¡Pero es que no estaba ni EM-PE-ZA-DO! Yo terminé la primera versión en mayo, y al llegar al festival de Málaga, donde presentábamos 'Al otro lado de la cama', llevé el guión para Alberto, Willy, que iba a estar en la película y al final no pudo, y Ernesto. Escribí la primera versión en tres meses. Y fue una locura. Hubo que adelantar el rodaje tres semanas porque Alberto se iba a grabar otra película, a mí me dejo una novia y estuve un mes colapsado en el que no hacía nada... Un desastre. Yo además era un chaval, tenía 26 años y a esa edad estás todo el día saliendo... ¡Ah bueno! Y hay una cosa que quiero recordar del guión original. La idea es que a ellos les iba muy mal en la vida y muy bien en el fútbol, porque empezaban a ganar partidos. Y cuanto mejor les iba en el fútbol, peor les iba en la vida. Entonces yo fui llamando a los actores: Alberto, ¿tú sabes jugar al fútbol? Y me dijo: “Bueno, me defendiendo”. ¿Roberto? “¡Sí, sí…!". Secun... ¡Hasta Tejero tuvo la poca vergüenza de decirme que sí sabía jugar! Todos me dijeron que sí. Y llegamos un día a El Retiro... Veo el pa-no-ra-ma y digo ¿cómo? ¿quién decía que sabía jugar al fútbol? No sabía jugar ninguno. Roberto Álamo un poco, Ernesto no había tocado un balón nunca, pero como es así como muy cabezón empezó a tocarla y consiguió algo. Pero los otros, eran... Entonces claro, les pusimos un entrenador.

RG.: No me lo puedo creer.

DS.: Como te lo estoy diciendo. Les pusimos un entrenador que era un amigo de Antonio Tejero. Antonio, un chico de Córdoba, que ha escrito varias novelas luego, un chico majísimo. Y les empezó a entrenar.

RG.: Me flipa.

DS.: Y empezamos a jugar durante un mes y pico. Durante un mes ensayábamos de 16.30 a 19.30 y luego a jugar al fútbol.

RG.: ¿Y en qué momento decidiste que te valían siendo malísimos?

DS.: Después de jugar el primer partido, en junio, decidí cambiar el guión. Esa misma tarde decidí que no podían ganar partidos con lo malos que eran. Era imposible, imposible que ganasen. Hay una toma mítica en el making off en la que Alberto tenía que tirar el penalti famoso. Después de diez tomas en las que lanzaba el balón... Tuvimos que hablar con el portero y decirle: Si ves claramente que va a un lado, tírate al otro. Porque decirle a Alberto, tírala a la derecha o la izquierda, era imposible. No era capaz. Y después de diez tomas.... Nada, ni por esas. Y en la toma diez, Alberto se vuelve hacia mí y me dice: “Mejor ensayamos esto un poquito más, ¿verdad?”. Y en aquellos tiempos se rodaba con negativo, eran metros y metros.

RG.: No me lo puedo creer, ¡Ja, ja, ja!

DS.: En los partidos además se picaban mogollón entre ellos. Sobre todo, Alberto y Tejero, que eran los peores con diferencia, y nos decían: “Joder, es que no nos la pasan”. ¡Jajaja! Se picaban mucho en los entrenamientos.

RG.: Me flipa. Mi sueño sería rodar una película así.

DS.: Falté al último partido de preparación de estos que hacíamos. Venían otros actores a jugar con nosotros y yo jugaba con ellos esos partidos para ayudarles. No es que fuera el mejor, es que parecía Toni Kroos. Me ponía en el mediocampo y era, con muchísima diferencia, el único que había jugado al futbol en su vida. El último día no pude ir porque me quedé a ensayar con Natalia y con Diego Martin sus secuencias. Y cuando llegaron, yo estoy convencido de que me engañaron. Porque llegaron diciendo: “¡Hemos ganado, hemos ganado, hemos ganado!”. Que en realidad era lo que pasaba en la película, pero llegaron tan emocionados y son tan buenos actores los cabrones que nunca supe si me engañaban o habían ganado en serio. Lo cual era bastante complicado debo decir. Jugamos contra muchos actores de aquella época.

RG.: Es alucinante esa historia de cambiar el guión por lo malos que eran.

DS.: Yo pensaba que te la había contado. Lo pasé genial porque fue una peli con mis amigos. Pero no solo con los actores, también con mis amigos del equipo técnico.

TEATRO» Actor y director en una de las salas de los Teatros del Canal en Madrid. Foto. L.E.

¿Brasil por qué?
DS.: No me acuerdo por qué salió, imagino que serían en ese momento...

RG.: El imaginario colectivo seguro...

DS.: Sí, era por el 'jogo bonito'... (se toma unos segundos) ... ¡Ya sé por qué era! Al principio la película se iba a llamar Brasil 70 porque pasaba por ser el mejor equipo de la historia y estos eran el peor equipo de la historia. Y había un momento en el que hablaban de esto y había una secuencia en la que estos caían en que habían nacido todos en el año 70, que era el año de Brasil. Y decían de memoria la alineación histórica de Brasil del 70. Pero lo quité porque era demasiada referencia futbolística. Y cuando llegué a eso a Alberto, Ernesto y estos les explotó la cabeza. No tenían ni idea.

RG.: Lo mejor que tiene 'Días de fútbol' es que es una peli en la que hay fútbol, pero no va sobre fútbol.

DS.: Eso era la idea. Luego tuvimos la suerte de que era muy caro tener imágenes de la Liga, pero Telecinco televisó un amistoso entre España y Brasil que ganó Brasil y ahí lo utilicé. Entonces Ernesto Alterio estaba viendo que Brasil había hecho un equipo campeón, decía aquello de yo necesito un equipo campeón y volvimos a lo de Brasil. Pero esto fue pura coña. Hostia, se me habían olvidado todas estas cosas.

Es un equipo de tipos de La Elipa, pero en realidad es muy reconocible con los amigos de cualquiera.
RG.: Claro que sí. Es que son personajes o roles muy reconocibles. Es como si nosotros hacemos una serie de las pachangas de La Chopera y los viajes a Lugo y Vigo. Cuando fuimos a Lugo, le metimos 8-1 y le metí cuatro a Paco Buyo.

DS.: ¿Le metiste cuatro goles a Buyo?

RG.: Joder, y se cogió un globo conmigo.

DS.: Me flipa eso. ¿Dani Guzmán también juega con vosotros no? Tiene mucho carácter...

Bueno, hace ya tiempo que no viene. Recuerdo el jueves antes de los Goya, en 2015, que en un balón dividido me sacó el codo para marcar terreno. Y en la siguiente fui fuerte para no comerme otro golpe. Él bajó la pelota y yo entré fuerte abajo. Le puse el tobillo como un globo. Y el día de los Goya subiendo la escalera iba el pobre medio cojo por culpa de la pachanga.
RG.:
¡Ja, ja, ja!

DS.: Además, Dani te pega una hostia y te viste de torero, porque sabía boxear.

RG.: Sí, yo me acuerdo el primer día que coincidimos en La Chopera, que me quería matar. Al final no llegó la sangre al río...

Es buen tipo, pero tiene carácter sí.
DS.:
¡Ja, ja, ja! Pues oye tengo que ir un día a veros, que igual me animo y hacemos alguna cosa.

RG.: Pues claro. Cuando quieras. Es un planazo lo de los jueves.

DS.: Te confesaré que yo le he cambiado los ensayos del teatro a Ricardo para que pudiera ir a jugar los jueves. Eso es un director majo.

Pues anímate un día y juegas.
DS.:
No, no. Que ya tengo 45 y me voy a lesionar. Me voy a hacer daño. He jugado algo al tenis, pero hace diez años quizás que no cojo una raqueta. Pero al fútbol hace 15 a lo mejor. Eso sí, si me das un balón te lo clavo en la escuadra.

«Si hago un ‘Días de fútbol’ 2 lo veo más con una generación más joven de actores», dice Serrano.

¿Tú de fútbol en el cine o en el teatro no has hecho nada no Ricardo?
RG.:
Noooo, nada. Que va. Yo le llevo diciendo a David que nos pongamos con 'Días de fútbol 2'.

DS.: Fíjate que yo creo que tiene más sentido hacer algo con gente nueva, ¿no?

RG.: Me parece bien. Me encantaría, lo que pasa es que el fútbol es muy difícil de retratar. Es muy complicado hacer una peli... Por eso creo que el fútbol en 'Días de fútbol' funciona tanto, porque el fútbol no es el pilar fundamental de la película. Lo fundamental son los conflictos que le ocurren a ese grupo de personas.

DS.: Es muy difícil filmar el fútbol. Hablé mucho con Kiko de la Rica, que era el director de fotografía, y al final decidimos meternos en el campo. No estar fuera. El fútbol es un deporte de toque, lo que hace que se mueva muy rápido. Y cuanto mejor juegan los jugadores, más rápido se mueve el balón. Entonces es muy poco cinematográfico.

RG.: ¿Te imaginas ahora, por ejemplo, que con la moda nueva uno se tira al suelo detrás de la barrera?

DS.: Eso lo habría hecho seguro, seguro. Luego además es verdad que había una gran incapacidad por parte de estos para jugar. Era muy complicado hacer algo. Cada toma que hay de fútbol en la película fue un parto... Bermejo mete un gol de cabeza, en el que se quita las gafas y remata. ¡Yo no sé cuántas tomas pudimos hacer! Solo para que le diera con la cabeza...

RG.: Es que además la película es un tipo de comedia que no se hace ya.

DS.: Os confieso que vi algunas películas de fútbol, pero cuando vi el nivel de los actores... Os prometo que no pudimos hacer más de lo que hicimos. Cuando va Fernando hablando por el móvil, no sé cuántas tomas hicimos. Solo correr con el balón requiere una destreza que no tenía... Hasta pegarle a la pelota era un drama porque no habían jugado nunca. Hay una toma en la película en la que Alberto le tiene que dar. Él dispara y no toca el balón. Lo terminamos dejando, pero en el guión ponía que debía darle... Con lo que más que más reí fue con el penalti de Alberto, con esas diez tomas. El día que grabamos la final, nos reímos mucho también. Había una parada de Secun, que imagínate... No había jugado al fútbol en su vida. En su vida. Pero visto lo visto, la hizo más auténtica.

¿No han vuelto a jugar entre ellos algún partidillo?
DS.:
Noooooo.

RG.: Esa no es mala.

DS.: El que sí jugaba bien era Willy, que iba a salir y vino algunos días. Jugaba bien. Hostia, Pere Ponce... ¿Qué va a jugar Pere? Diego Martín sí jugaba bien. Entonces él se ponía en un equipo, yo en otro... Lo compensábamos un poco. Y Diego se descojonaba. Yo como espectador me desenganché del fútbol poco a poco. Era un fanático del ciclismo, pero de un día para otro dejé de verlo. Y luego de chaval era de Estudiantes, de la Demencia, he viajado incluso con el turbante... Pero me fui desenganchando. Eso sí, llega la Eurocopa o el Mundial de basket, y me los trago todos.

¿Futbolísticamente eres seguidor de algún equipo?
DS.:
De muy pequeño era del Real Madrid, pero luego como a los 12 o 13 años decidí que no podía ser del Madrid y que tenía que ser del Atlético. Porque me parecía que el Madrid ganaba siempre, que era como un equipo que no iba conmigo. Yo era un looser y no podía ser del Madrid.

RG.: Es que hay muchas más historias que contar como looser. Absolutamente.

La derrota siempre tuvo más literatura.  
DS.:
¡Y más cine! Y luego me hice muy antimadridista, lo que demuestra que tampoco me importaba tanto en realidad todo esto.

RG.: Yo soy madridista y he ido a más. Pero tuve un pico, con don José Mourinho en el banquillo...

DS.: Es un tipo de personalidad que yo con los años cada vez la detesto más. En el momento que llegó Mourinho me hice muy del Barça porque había que ir con Guardiola ante él. Por ejemplo, estuve en el 5-0 del Camp Nou, o sea que sí que he ido al fútbol.

RG.: Bueno, yo no he dicho que fuese amigo de Mourinho, pero mi adolescencia coincidió con esa época de Mourinho y Guardiola y eso lo seguí con mucha pasión. Pero hostia, llevaba ocho años siendo del mejor equipo del mundo y viéndoles caer en octavos contra el Lyon, Dortmund... Y cuando llega Mourinho tenemos tres temporadas en las que tenía la sensación de que podíamos competir con cualquiera otra vez. Competíamos, la Liga de los 100 puntos... Yo recuerdo sentir que volvíamos a ser un equipo... Y además era Messi-Cristiano y Mourinho-Guardiola... Eso fue la leche.


SERRANO» El director en un momento de la charla con Ricardo Gómez. Foto. L.E. 

DS.: Fíjate que yo te decía que me cambiaba de equipo sin problema. Pues cuando fichasteis a Zidane, empecé a ir mucho al Bernabéu para verle hacer esas maravillas con el balón y a Figo. Pensaba, es imposible que se la quiten. Era un nivel... Pero verlo en el campo era una pasada. Simeone también me mola.

RG.: Simeone tiene mucho de Mourinho. Y hasta Guardiola tiene su lado oscuro. Yo creo que Simeone, de puertas para afuera, tiene mucho mouriñismo, pero de puertas hacia adentro tiene que ser el puto mejor amigo de los 22. Debe ser el más comprometido de ese vestuario porque si no, no haces que un grupo vaya tan a muerte.

DS.: Sí, pero Mourinho es un malo de peli de manual. Sin embargo, yo coincidí en su época con jugadores del Real Madrid porque eran amigos de un amigo mío. Y todos le ponían por las nubes. Decían que era el puto amo y le tenían un respeto brutal. Y sé que Arbeloa es amigo tuyo Ricardo, y seguro que te ha contado lo mismo. Incluso los que no eran titulares, hablaban bien de él y del trato. También me acuerdo que me gustó el Madrid cuando fichó a Valdano. Sobre el Real Madrid y la película recuerdo que un día se me acercó Michel y me dijo: “A mí me habría encantado jugar en La Elipa me flipa”. ¡Jajaja! Había muchos futbolistas que me han dicho que les gustó la película. Coke, lateral del Sevilla, me dijo que la ponían en bucle en el autobús del Sevilla.

Entonces, ¿esperamos una segunda parte de 'Días de fútbol'?
RG.:
Sí, yo le voy a presionar.

DS.: Yo creo que tiene más sentido hacer una segunda parte con otra generación nueva... Y se puede echar un partido contra los de la primera parte...Ricardo puede ser el enganche de las generaciones.

RG.: Ahí hay un proyecto y tenemos que ponernos a gestionarnos. Lo que pasa es que David no para. Pero lo tenemos que sacar adelante. Me fliparía. Algo haremos. Eso sería brutal. Sería mítico. •

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