Roberto Carlos y Gustav Magnus, un dúo inseparable

La comunidad científica quedó asombrada por la curva del balón. Se llegaron a hacer experimentos bajo el agua para encontrar una explicación del gol. La ciencia tenía la respuesta de una jugada sin explicación hasta para el propio autor del disparo.

Texto José M. López Nicolás | Infografía Artur Galocha.- 3 de junio de 1997. La selección brasileña de fútbol se enfrenta a Francia en Lyon. En el minuto 21 Romario recibe una falta a 35 metros del marco defendido por el portero francés, Fabien Barthez. El capitán brasileño, Dunga, se dispone a lanzar el golpe franco. En ese momento Roberto Carlos aparece en escena, aparta a Dunga y coge el balón. El lateral retrocede 18 pasos y se saca de la manga (o mejor dicho de la pierna) un zurdazo brutal para colocar en poco más de un segundo la pelota en la portería francesa. La cara de asombro de los espectadores pasó a la historia. La de Barthez también. El 6 de Brasil aseguró que “no hay explicación” a su golazo. Se equivocaba. La ciencia explica perfectamente el mejor tiro libre de la historia. Hoy se lo voy a demostrar.

¿Qué ocurrió? Inicialmente el balón siguió la primera ley de Newton, según la cual un cuerpo se mueve en la misma dirección y a la misma velocidad hasta que se le aplica una fuerza que lo haga variar de dirección. ¿Qué fuerza fue la que hizo que la pelota cambiara la trayectoria? La mecánica de fluidos nos da la respuesta.

Poca gente sabe que uno de los más importantes colaboradores de Roberto Carlos en aquella proeza fue el químico y físico alemán (1802-1870). La archiconocida zurda del brasileño que pocos porteros sabían contrarrestar no sería tan efectiva sin el Efecto Magnus. Cuando el legendario jugador madridista golpeó el balón, éste salió aparentemente recto y Barthez pensó que se iría muy lejos de la portería. Sin embargo, la trayectoria de la pelota rápidamente comenzó a curvarse y terminó entrando ante la mirada estupefacta de todo el mundo. ¿Qué ocurrió? Inicialmente el balón siguió la primera ley de Newton, según la cual un cuerpo se mueve en la misma dirección y a la misma velocidad hasta que se le aplica una fuerza que lo haga variar de dirección. ¿Qué fuerza fue la que hizo que la pelota cambiara la trayectoria? La mecánica de fluidos nos da la respuesta.

Roberto Carlos golpeó fuertemente en un lado de la pelota enviándola a su derecha. El balón de fútbol se desplazó sumergido en un fluido, el aire, que lo rodeó por completo. El efecto que le imprimió Roberto al balón provocó que también rotara. Todo esto dio lugar a que en un lado de la pelota el aire se moviera en dirección contraria al giro de la misma, aumentando la presión. En el otro lado el aire se movía en la misma dirección del giro del balón, creando un área de baja presión. Como consecuencia de la diferencia de presiones apareció una fuerza perpendicular a la dirección de la corriente de aire que hizo que el balón se curvara hacia la zona de baja presión y cambiara su trayectoria, superando al portero francés y entrando en la portería por culpa del Efecto Magnus. Golazo.

La conclusión a la que llegaron, publicada en una de las más prestigiosas revistas científicas, fue clara: la trayectoria que sigue una esfera cuando gira al dársele efecto consiste en una espiral en forma de concha de caracol

Una vez entendido el fenómeno físico por el que Roberto Carlos y lograron superar a Barthez, es el momento de seguir profundizando en la ciencia de uno de los mejores goles de la historia. ¿Qué más podemos saber? La trayectoria que sigue la pelota y la fórmula que la describe. Usando como modelo el gol que cumple 20 años, investigadores franceses simularon la trayectoria seguida por el balón golpeado por el brasileño. Para eliminar los efectos de las turbulencias en el aire y la fuerza de gravedad hicieron experimentos bajo el agua. La conclusión a la que llegaron, publicada en una de las más prestigiosas revistas científicas, fue clara: la trayectoria que sigue una esfera cuando gira al dársele efecto consiste en una espiral en forma de concha de caracol. Los investigadores determinaron un elevado número de parámetros físicos y matemáticos que describían a la perfección el lanzamiento de Roberto Carlos y los dieron a conocer a la comunidad científica. Jamás antes una jugada de fútbol había dado lugar a un artículo científico de ese nivel.

Pues bien, en una falta lanzada en un campo de fútbol puede verse algo parecido a la espiral que observaron los investigadores franceses en sus experimentos siempre y cuando se cumplan unas circunstancias especiales. En primer lugar hay que golpear el balón con mucha fuerza. De esta forma se minimiza la influencia de la gravedad. Además, el balón debe llevar mucho efecto. En caso contrario Fabien Barthez nunca hubiese visto como el balón golpeado por Roberto Carlos entraba en la portería. Por último, el lanzamiento se tiene que producir a mucha distancia de la portería. Si el balón se encuentra muy cerca de la línea de gol, como por ejemplo el punto de penalti, no hay espacio suficiente para que se vea la espiral completa y la trayectoria que describe el balón sería aparentemente la de una línea recta. Si colocamos el balón al borde del área se aprecia la curvatura pero no la espiral en su totalidad. En caso de que el golpeo del balón se produzca desde más lejos de la portería (como en el gol de Roberto Carlos) la espiral se ve completamente. La ciencia, como casi siempre, tiene respuesta a todos los fenómenos que creemos inexplicables.

Querido Roberto Carlos, tras leer este artículo ya sabes la explicación científica que hay detrás no solo de tu famoso gol con la selección brasileña sino también del que marcaste el 28 de febrero de 1998 en Tenerife desde prácticamente el banderín del córner. Eso sí, recuerda que en ambos casos el gran Heinrich Gustav Magnus te echó un mano.