Santiago Motorizado: «Trato de imitar a Riquelme»

Se define como una especie de Riquelme en el terreno de juego donde su idea es más pensar que correr. El líder del grupo argentino Él mató a un policía motorizado visita España en solitario y su afición por la pelota es tal que se fue en tren a ver el España-Suecia de Sevilla. No es de extrañar que le pase un informe a Scaloni.

Juan de Bonrostro.- Santiago Ariel Barrionuevo, más conocido como Santiago Motorizado, es compositor, cantante, bajista, ilustrador y también un fanático de fútbol. Su carrera artística, ya sea con su proyecto en solitario o liderando Él mató a un policía motorizado no le impide seguir la actualidad futbolística ni jugar sus dos partidos semanales, aunque esté de gira y tenga que echar mano de alguna app.

Durante la entrevista se encuentra en Madrid, preparando la presentación en el Teatro Lara el álbum ‘Canciones Sobre Una Casa, Cuatro Amigos y Un Perro’ justo el día después de que  le otorgaran a Messi su séptimo Balón de Oro. Él lo defiende
Creo que es merecido. Creo que se da poco valor a la Copa América, que entiendo que otros años no era tan importantes, pero esta última sí lo es. Ganar una final en Brasil, de visitante, con Neymar en cancha, Casemiro, todos los titulares. Quizás esta Copa de América tiene más importancia. Una final Brasil -Argentina, está a la altura de Italia-Inglaterra tranquilamente. Italia todavía no está en el Mundial e Inglaterra es una selección un poco inflada. Messi además fue goleador del Barcelona en la temporada.

¿Crees que este tipo de premios se asemejan a Grammys, MTV Awards, etc.,  y que tienen más que ver con la industria en sí que con el fútbol o la música?
Un poco sí. Es diferente porque en el mundo del arte es todavía más ridículo. El arte no tiene reglas, no tiene competencias ni ganadores ni perdedores. Nadie tiene la verdad para decir que un arte es mejor que otro, o que un cantante canta mejor que otro. La gente, y me incluyo, es más reacia a los premios como el Balón de Oro. Es algo más mediático, de redes y “me gustas”. Vi el discurso de Alexia [Putellas], que ganó el Balón de Oro femenino, y destacó mucho lo colectivo, y es la idea. Lo loco del premio es cómo definir un premio individual en un deporte que es totalmente colectivo. Cuando Cristiano gana la Champions es gracias a que Sergio Ramos mete un cabezazo en el último minuto, pero ese Balón de Oro va para Ronaldo, que es la figura del equipo. ¿Cómo dejar de lado ese factor colectivo, esa ayuda, ese plus que te da un compañero en el momento justo pero que después no es premiado individualmente?

Santiago Motorizado
MADRID» Santiago Motorizado en su gira por España. Foto. Lino Escurís.

A pesar de ser muy futbolero, en tus canciones apenas hay referencias al fútbol.
Únicamente en “Terrorismo en la copa del mundo”, que tiene un sentido más político.
En realidad, no lo era. Cuando la hicimos era una cosa más tonta, un terrorismo más moderno y no de Estado, como interpretó esta chica. La letra dice “si vienen a buscarme, estoy dormida” y ella entendió que se refería a la época de la dictadura militar argentina, cuando se celebró el Mundial 78, se raptaba a gente por su ideología política y desaparecía.  Me pareció brillante la interpretación, no así lo que yo había escrito, que era más normal. Siempre me costó el traspasar esa pasión que siento por el fútbol, algo que es realmente es muy trascendente en mi vida, a mi poesía. Es parte muy importante de mi vida, pero no tengo necesidad de transmitirlo. Tengo necesidad de transmitir otras cosas.

¿De todas las canciones que hay con referencias futbolísticas, hay alguna que te guste especialmente?
La última de Carolina Durante -‘10’- me parece brillante porque es una canción de amor a alguien que se va y le dice “yo no te olvidaré jamás”. Hay ahí un juego un poco contradictorio e irónico, con ese humor raro que tienen ellos que me parece genial. Por más que es simple la lectura, queda algo ahí, hay una magia que es muy propia de ellos. También me gusta mucho ‘La vida tómbola’ de Manu Chao. Me parece que de las cientos de canciones dedicadas a Maradona, es la mejor. 

«Más allá de la técnica, de los goles, de la importancia dentro del campo de juego, había otra época donde los futbolistas tenían otra personalidad y le metían un condimento más al espectáculo. Es casi ahora el extraño. Ibrahimovic representa eso también».

¿En qué posición juegas al fútbol?
En cancha grande jugaba como de enganche, de 10, mediocampista ofensivo, un poco vago  pero buen pasador. Si es más reducido el campo, un poco arriba, medio campo, que no haya que correr toda la cancha (risas).

¿A quién te hubiera gustado parecerte de chaval?
Digo, un poco en serio, un poco en broma, que trato de imitar a Riquelme, que la pisa mucho. Me gusta pisarla porque es un recurso para correr menos. La vas pisando, vas poniendo los brazos, vas poniendo el culo para que no te marquen. Todas esas mañas me las fui aprendiendo. Para mí ése es mi faro.



Volviendo al fútbol profesional, ¿qué papel auguras que puede desarrollar la selección argentina en el mundial de Catar?
El  título de la Copa América le da un toque de confianza porque es necesario tener un equipo que sabe que funciona, que responde en los momentos difíciles y que puede plantarse contra Brasil y jugarle de igual a igual. Brasil yo creo que está un pasito arriba que Argentina, más allá del partido del 1 a 0. Pero falta esta comparación con los equipos europeos, que al final son los que reinan en estas últimas dos décadas en los mundiales. Sería buenísimo que el Mundial se hiciera pronto porque éste es el momento de Argentina. En un año puede cambiar todo mucho. Sé que Argentina está un escalón abajo de las potencias, de Francia, de Alemania, pero el fútbol tiene esto, que después de 90 minutos puedes ganar a cualquiera.

Aprovechando tu última gira por España, estuviste en Sevilla viendo el partido de clasificación para la Copa del Mundo entre España y Suecia.
Tomé un tren porque nunca vi un partido internacional que no fuera de Argentina y la verdad es que lo disfruté un montón. Hubo mucha tensión en la cancha, fue un partido trabado. Suecia estaba un poco más suelta porque, aunque también estaba obligada a ganar, sentía que podía aprovechar la presión de los jugadores españoles, que tenía muchos muy jóvenes. Son partidos de mucha tensión a los que los jugadores no están acostumbrados. Se da el punto justo donde tu equipo puede ir o no a un Mundial. Es una presión muy fuerte. Y la verdad es que el equipo español estuvo bien, aunque le costó porque los suecos son buenos defendiendo. Luis Enrique, con sus ideas y a pesar de las críticas, pudo salir adelante y lograr su cometido. 

«Digo, un poco en serio, un poco en broma, que trato de imitar a Riquelme, que la pisa mucho. Me gusta pisarla porque es un recurso para correr menos».

Pudiste ver a Ibrahimovic, una de tus debilidades.
Estaba casi seguro de que  no estaba si quiera y cuando hicieron un cambio y entró él me emocioné mucho porque fue una sorpresa total y nunca lo había visto en la cancha. Ver que tiene 40 años, le tiran pelotazos de cualquier lado y los baja todos… La defensa cambia el ánimo cuando ven a un tipo así en la contra. Hubo un momento de tensión muy fuerte en el estadio, aunque no llegó a hacer el daño suficiente que necesitaba Suecia, pero fue todo un espectáculo verlo ahí en vivo.

¿Es tu jugador favorito al margen de Messi?
Tengo otros más favoritos, pero él me encanta porque es un personaje, que son cosas que en el fútbol van escaseando, son muy de otra época. Más allá de la técnica, de los goles, de la importancia dentro del campo de juego, había otra época donde los futbolistas tenían otra personalidad y le metían un condimento más al espectáculo. Es casi ahora el extraño. Ibrahimovic representa eso también.

Es casi obligado tener que hablar de Maradona. ¿Qué recuerdos tienes de él, comenzando por ese Mundial del 86?
Tenía 6 años y tengo recuerdos muy, muy vagos: esas reuniones en las casas mirando el mundial, pero nada del juego ni de esos goles. Tuve un recuerdo muy lejano, que después lo fui descifrando con el tiempo: estábamos mirando la final contra Alemania en mi casa y en un momento me acuerdo de cruzar al frente, a la casa de los vecinos, y de allí nos echaron y volvimos a casa. Pensé, qué raro eso de ir de casa en casa a ver el partido, en vez de quedarnos en un lugar fijo. Después saqué la conclusión de que Argentina iba ganando 2 a 0 contra Alemania, cruzamos a la casa de enfrente y Alemania hizo dos goles. Entonces nos dijeron “no, muchachos, váyanse y cada uno quédese en el lugar donde está”. Ahí volvimos y salimos campeones. Había que mantener los lugares (risas).
Tengo más recuerdos, ya en mi adolescencia, de su vuelta con mucha épica en el Mundial del 94, que después termina mal. Pero la épica de ese regreso fue tan intensa, tan genial, tan de película, que incluso los argentinos tienen un buen recuerdo de ese mundial, por más que es un mundial dramático. Pero es un momento de alegría. Ese gol que hace Maradona, porque había estado todo el mundial del 90 sin hacer goles durante el partido, y vuelve en un partido contra Grecia y hace un golazo al ángulo. Era como muy de Rocky. Incluso su caída tiene su parte cinematográfica.
Maradona rompía con todo eso, con los lugares comunes, que son cosas que hay que intentar esquivar en la vida y como espectador.  Hay que esperar que los jugadores den un poco más. Hay algunos que dan todo en el campo y es suficiente, pero cuando te dan algo más, un plus, se vuelven personajes. Porque, después de todo, para nosotros es un espectáculo y queremos que el espectáculo tenga esa vibra, esa épica y todo eso que arrastra. Él tenía eso. Pensar que el mejor jugador de su momento visita a Fidel Castro en su pico de popularidad, te guste o no Fidel, Cuba, lo que sea... es la acción, no el estilo caerle bien al promedio, de hacer lo obvio para que todos le amen, sino ir y hacer lo que a él le parecía justo con su propia ética política. Esas pequeñas cosas son las que uno extraña o lamenta con su muerte. Con su muerte se va él y toda una época un poco más amateur en un montón de cosas, que tenían ciertos momentos de libertad a la hora de obrar que hoy ya parecen una cosa imposible.

Eres seguidor del Gimnasia y Esgrima La Plata, el último equipo en el que estuvo como técnico.
Sí, vi varios partidos. Incluso me invitaron a ir al entrenamiento a conocerlo, pero a mí me dio mucho pánico. Me dio como vergüenza. Estuve como trabado mucho tiempo y después nunca me animé a ir y falleció y nunca lo pude conocer. Pero bueno, Maradona tenía esa cosa que uno sentía que ya lo conocía. Era tan dado para fuera, sin vergüenza, sin nada; ponía tanto en todos los sentidos que uno sentía que ya lo conocía. •