Sara Serrat: «Solo estamos dadas de alta desde hace tres años»

‘Parando letras’ es el primer libro de la polifacética portera de Huelva, Sara Serrat. Futbolista, escritora, directora de una escuela de guardametas y monitora con presos. Unas semanas después de realizarse esta entrevista consiguió firmar un contrato con el Sevilla de Monchi para la temporada 2019-2020 siendo además partícipe en la huelga del fútbol femenino este mes de noviembre.

Fotografía Alberto Díaz Pérez

Noelia Núñez.- La portera Sara Serrat (Huelva, 23 años) acaba de salir de la cárcel. Tiene buena cara. Trabaja allí como monitora de actividades deportivas con presos por las mañanas. “Me tratan bien, me preguntan por la liga o me cuentan que han escuchado el partido”. Llega al estadio del Recreativo de Huelva para hacer la entrevista, pero antes, el fotógrafo sugiere hacer unas tomas con balones. Ella no lo duda y sale literalmente corriendo a su coche para venir con refuerzos. Trae un saco con unas 20 pelotas. “De mi escuela de porteros”. Sara Serrat se ha quedado a las puertas del mundial de Francia después de jugar con la selección los partidos previos a la convocatoria definitiva. Es una de las mejores en su puesto de la liga. Ha jugado su última temporada en el Sporting Puerto de Huelva, su club desde niña, que se ha salvado del descenso por los pelos. El seleccionador Jorge Vilda no la llevará al campeonato pero para ella ha sido “un premio, un plus de motivación para conseguir la mejor versión” de sí misma. No cuesta creer su ambición al conocer su agenda: portera profesional, entrenadora en su propia escuela de porteros con niños y jóvenes de 5 a 18 años y monitora de actividades deportivas en la prisión de su ciudad. También escribe semanalmente en una columna del diario local Viva Huelva y, por si fuera poco, acaba de publicar Parando Letras (Pabilo Editorial), su primer libro.

No cuesta creer su ambición al conocer su agenda: portera profesional, entrenadora en su propia escuela de porteros con niños y jóvenes de 5 a 18 años y monitora de actividades deportivas en la prisión de su ciudad. 

Es puro nervio. Se va feliz del Sporting pero quiere seguir creciendo profesionalmente en la elite. Sobre la mesa tiene varias ofertas, entre ellas, una “muy buena del Sevilla”, pero la decisión la tomará durante el verano: “Mis padres serán los mayores consejeros”. El hecho de que acabe de terminar el máster le ha hecho plantearse salir del club que le ha dado muchas alegrías. “Es un hasta pronto, no un adiós”, dijo en la rueda de prensa de su despedida del club. - ¿Los porteros estáis hechos de otra pasta? - Creo que sí. Tenemos la mente amueblada, pero también un poco loca. Podemos ser héroes o villanos. 'Parando Letras' lo refleja. El libro, que es un compendio de algunos de sus artículos publicados en prensa, habla de superación, de esfuerzo, progreso y, en general, de las estocadas de la vida desde un punto de vista personal. “Quien nos dijo que no podíamos, no sabía que teníamos un ejército de valientes. Las ganas siempre ganan la partida”, dice en uno de sus textos.

» 'PARANDO LETRAS' Sara Serrat posa en la primera foto en la portería del estadio Colombino junto con un ejemplar de su libro de artículos y reflexiones recién editado. Aquí, con los balones de entrenamiento en el mismo campo.

Es consecuente. Comenzó a darle al balón con 7 años en un equipo de barrio. A los 13, cuando se popularizó el programa de baile 'Fama, ¡a bailar!' dudó por un instante: “Quiero bailar o jugar”. Y se decantó por el Sporting que le dio una oportunidad. “Hice tres o cuatro paradas y se me dio bien”. Más tarde Jorge Vilda contó con ella en la sub-17 y en la sub-19, donde fue subcampeona de Europa. “Cuando empecé tenía claro que el fútbol solo podía ser una afición”. Por eso siempre tuvo un plan b. Estudió Ciencias del Deporte, un máster de investigación en Educación Física y otro de formación de profesorado.

Su objetivo a largo plazo es sacarse las oposiciones para ser profesora de Educación Física. Todavía hay muchos factores en los que el fútbol femenino puede mejorar. “Los clubes pequeños como el Sporting, que no están respaldados por equipos masculinos, lo tienen más difícil”. ¿Jugarían mejor? “No lo sé, pero algo tan sencillo como jugar en el Nuevo Colombino (el estadio del Recreativo de Huelva), haría que viniera más gente a vernos, daría más ingresos al club, tendríamos una mejor plantilla y atraeríamos más publicidad. Al final todo suma”. Eso sí, los beneficios con la inversión de Iberdrola en la liga ya se han hecho notar. “Desde luego ha ayudado a profesionalizar el fútbol femenino. Por fin hemos sido dadas de altas, pero solo desde hace tres años. Hemos mejorado en comunicación, en servicios médicos, y hasta hemos viajado alguna vez en tren, cosa que nunca habíamos hecho”. ¿Y el salario, bien? Ríe, mejor no hablar.

 

Lejos quedan los recuerdos de Serrat siendo una niña y jugando en el campo, chicas contra chicos, con madres que insultaban a las niñas por el mero hecho de serlo. “Lo peor es que fueran mujeres las que hicieran los comentarios machistas”. Por sus compañeros nunca se sintió discriminada, pero dice que les queda mucho por reivindicar en comparación con la liga masculina. Se declara feminista como sus compañeras, alega, porque quieren la igualdad y lo demuestran luchando. “No hice huelga el 8 de marzo porque empecé a trabajar ese día en prisión, aunque tampoco he ido nunca a una huelga. Soy de las que piensa que por los derechos de las mujeres hay que trabajar todos los días. No pedimos que nos equiparen los sueldos a los de los jugadores, pero sí un salario mínimo y mejoras en las instalaciones. Que al menos no haya semejante brecha”.

"No pedimos que nos equiparen los sueldos a los de los jugadores, pero sí un salario mínimo y mejoras en las instalaciones. Que al menos no haya semejante brecha”.

Tener mayor visibilidad en los medios ayudaría. “Va creciendo, pero no es suficiente. En la televisión salimos poco y a menudo las noticias son negativas o anecdóticas, como peleas y agresiones”. Un ejemplo claro es el caso de la noticia que anunciaba la entrega del primer Balón de Oro a la delantera noruega Ada Hegerberg. Más allá del premio, lo que muchos medios destacaron del acto fue la irreverente pregunta machista del dj Martin Solveign a la jugadora. Le preguntó si sabía perrear. “Creo que todas sentimos vergüenza. Debería ser un antes y un después para que luchemos más todavía”, se lamenta la onubense. “Tenemos cosas mejores que contar. A mayor imagen, más publicidad y más dinero. Al final, todo repercute”. 

¿Hay tabúes en el fútbol femenino?, ¿se habla de la homosexualidad?El problema del fútbol masculino está en que los propios jugadores no lo hablan. Creo que dejará de ser tabú cuando lo hagan público. No hay homofobia en el fútbol femenino ni creo que esto sea tabú. Al igual que tampoco hay xenofobia ni racismo.

¿Hay tabúes en el fútbol femenino?, ¿se habla de la homosexualidad? - El problema del fútbol masculino está en que los propios jugadores no lo hablan. Creo que dejará de ser tabú cuando lo hagan público. No hay homofobia en el fútbol femenino ni creo que esto sea tabú. Al igual que tampoco hay xenofobia ni racismo. Se lucha por lo que se quiere y cada persona es libre de ser como quiera ser. De momento, la futbolista piensa disfrutar al máximo esta etapa. Sigue adelante con su aventura empresarial en la que enseña a unos 50 chicos y chicas cómo ser un guardameta completo. Eso implica enseñar los trucos técnicos y tácticos; y puede que hasta a los psicológicos, como los relativos a la soledad de la portera. “Yo no la padezco. A mí me gusta mucho hablar y dar instrucciones, y eso te quita esa cosilla de estar sola. Solo se nota en las celebraciones. Yo las hago con los tres palos; cuando marcamos un gol, yo voy y toco el larguero”. Superstición inspirada en su ídolo Iker Casillas. Referente masculino, sí, aunque Serrat es de esa generación que ya tiene mujeres en las que fijarse: “Sandra Paños es la
más completa y además es muy cercana”. •

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