Silvia Meseguer: «Renuncié a la selección por las prácticas de Medicina»

Esta es la historia de Silvia Meseguer, una chica de Híjar (Teruel) que soñaba con ser médica. El fútbol se cruzó en su camino y ha acabado siendo una de las jugadoras veteranas de la Liga española (16 temporadas consecutivas en Primera), segunda capitana del Atlético de Madrid y una de las jugadoras con más partidos en la historia de la Selección española.
Fotografía. Agencias/Atlético de Madrid

Paula Figols.- En Zaragoza le empezaron a llamar 'Mesi' ("con una s", aclara). Ha hecho malabares para compaginar la pelota y los libros. Estudió la carrera de Medicina entre Barcelona y Madrid, mientras jugaba en el Espanyol y, desde 2013, en el Atlético. Ahora se está preparando el MIR y quiere trabajar de médica cuando cuelgue las botas. Silvia Meseguer (Alcañiz, 31 años) reconoce que no le gustan las entrevistas, pero después de tantos años ya se ha acostumbrado.

¿Cómo empezó tu afición por el fútbol? 
Jugaba con los chicos en el recreo del colegio, en Híjar. Se me daba bien y me dijeron si quería apuntarme con ellos al equipo de fútbol sala. Tendría ocho o nueve años. Al principio era una extraescolar y luego nos federamos. Teníamos un buen equipo. Ganamos algún campeonato de la provincia de Teruel. En casa de mis padres, en Híjar, tengo colgada una foto con mi equipo cuando ganamos un campeonato. Me hace mucha ilusión verla cuando vuelvo a casa.
 
¿Cómo das el salto del equipo de fútbol sala con tus amigos en el pueblo a uno de fútbol 11 femenino en Zaragoza?
Seguía jugando en el equipo de fútbol sala del pueblo cuando vino al instituto un profesor nuevo de Educación Física, David Magaña. Me vio jugar y me convenció para ir a probar con su equipo de fútbol femenino en Zaragoza. Al principio me daba miedo. Estaba acostumbrada a jugar con mi amigos. Yo soy muy tímida. Decidí probar, pero no estaba segura de querer jugar ahí. Cuando llegas a un sitio nuevo no eres tú misma, lleva un tiempo adaptarse. Luego  estuve muy a gusto. Yo era de las más pequeñas. Estudiaba en el instituto en Híjar y mi padre me llevaba en coche varias tardes a la semana a entrenar a Zaragoza.

 
¿Cuándo te planteas que el fútbol puede ser una apuesta firme a largo plazo?
Yo no tenía claro que quisiera dedicarme a jugar al fútbol de manera profesional. O si valía para ello. Fui siguiendo un camino y aprovechando las oportunidades. Con 15 años debuté con el Transportes Alcaine (hoy Zaragoza Club de Fútbol Femenino) en Segunda División. Esa temporada ascendimos a Primera. Eso supuso un gran cambio. Me impresionaba jugar con gente tan buena, con mucha intensidad. Veía el nivel que tenían otros equipos de Primera en el resto de España. Yo era muy joven pero entonces me di cuenta de que quería ser como ellas. Eso me inspiró a seguir entrenando y mejorando. Aunque el fútbol femenino en Primera era entonces prácticamente amateur, las cosas han cambiado mucho. Jugué tres temporadas en Primera en Zaragoza y luego di el salto al Espanyol, un equipo muy serio y competitivo que aspiraba a ganar títulos. Estuve cinco años y ganamos tres Copas de la Reina. Luego me llamo el Atlético de Madrid y me ofreció un proyecto nuevo, desde abajo. En Madrid soy feliz. Esta es mi séptima temporada, he crecido con el Atleti. Hemos conseguido la Copa, tres Ligas, clasificaciones para la Champions...
«Me quiero presentar al examen del MIR en 2023. Acabo mi contrato con el Atleti en 2022. Después me dedicaré solo a estudiar para prepararme lo mejor posible para el MIR»
En todos estos años, ¿de todas las jugadoras con las que has compartido vestuario o a las que te has enfrentado, a quién admiras?
A Vero. Coincidí con Vero Boquete en el Zaragoza Femenino, hasta compartimos piso. Luego nos fuimos juntas al Espanyol y hemos jugado muchos partidos en la Selección. Es muy buena jugadora y es una líder nata. Cuando vino a jugar de Galicia a Zaragoza, yo tenía 16 años y ella 18, me marcó su ambición y su profesionalidad siendo tan joven. Aprendí mucho de ella. Era muy responsable y tenía muy claros sus objetivos. Ella me enseñó que si quieres conseguir las cosas, tienes que esforzarte al máximo, tienes que hacer mucho más que ir a entrenar una hora y media al campo. Me enseñó la importancia del entrenamiento invisible, de la alimentación y del descanso. Siempre ha sido una líder y ha abierto camino. De mis rivales, me gusta mucho la estadounidense Julie Ertz, juega en mi posición. Nos enfrentamos a EE.UU. en el último Mundial. De las más jóvenes que despuntan ahora en España, destaco a Laia Aleixandri. Es una jugadora con mucha proyección, estoy segura de que va a tener una carrera muy larga.
Tu posición es mediocentro defensivo, pero también has sido goleadora. ¿Hay algún gol especial para ti en tu carrera?
Elijo dos goles. El primero, el del ascenso a Primera con el Zaragoza. Fue en 2005. No éramos favoritas para el ascenso, pero llegamos al último partido. Jugábamos en casa con el Rayco (de Las Palmas). Eran los últimos minutos del partido, necesitábamos un gol. Sacamos una falta lejana, un balón bombeado, y yo lo peiné hacia atrás. Cuando miré, el balón ya estaba en la portería. Y fue la locura.

¿Y el segundo gol para guardar después de más de 500 partidos en Primera y con la Selección?
Escojo uno con la Selección, en 2012. Jugábamos la repesca para la clasificación para la Eurocopa de Suecia. Jugábamos en Madrid contra Escocia y teníamos que ganar. Estábamos en la prórroga perdiendo 1-2. Yo marqué el segundo de un disparo lejano. Y poco después Vero marcó el tercero, que nos dio la clasificación para la Eurocopa de Suecia. Estoy muy orgullosa de mi trayectoria con la Selección. He podido disputar dos Eurocopas y dos Mundiales, son los torneos más importantes como futbolista. Me hubiera gustado poder jugar unos Juegos Olímpicos.
«Para el fútbol femenino es bueno que esté el Real Madrid, pero los favoritos seguimos siendo Barça y Atleti»
Habrá pocos jugadores o jugadoras que hayan renunciado a jugar con la Selección para hacer prácticas en un hospital...
Después de la Eurocopa de 2017 llamé al seleccionador para decirle que no podía seguir jugando con la Selección. No podía compaginar las prácticas de la carrera en el hospital con las concentraciones, los viajes y los partidos. Cuando terminé las prácticas, me volvieron a convocar y pude jugar el Mundial de 2019 en Francia. Después decidí retirarme de la Selección. 

¿Cómo has hecho para compaginar estos años la carrera de Medicina con el fútbol profesional?
Ahora miro atrás y muchas veces pienso que no sé cómo lo he hecho. Ha habido momentos muy duros. En Medicina hay que ir a clase, estudiar a diario, hacer las prácticas. Las épocas de exámenes eran una locura. Me decía a mí misma ¿qué estoy haciendo? Sentía que no llegaba a todo, era un agobio. Pero cuando haces lo que te gusta, sacas el tiempo de donde sea. Medicina son seis cursos y yo me saqué la carrera en ocho. Cuando jugaba en el Espanyol, entrenábamos muy tarde, a las nueve de la noche. Eso me permitía compaginar entrenamientos y estudios, pero iba agotada. Iba a clase por la mañana, estudiaba en casa y luego me iba a entrenar. En el Atleti empezamos a entrenar por las mañanas, a las 12, y tuve que dejar de ir a muchas clases. Me preparaba por mi cuenta, menos las clases prácticas en el hospital, que tenían que ser presenciales. Acabé hace dos años. El día que me dieron mi la última nota, me volví loca de contenta. Ahora estoy preparándome el MIR en una academia.
«Jugar durante 15 años en Primera supone un gran desgaste físico y mental»
¿Tenías clara tu vocación de médica desde pequeña?
Sí, desde el instituto yo decía que quería ser médica. Tenía más claro que quería ser médica que futbolista profesional. No sé de dónde me viene la vocación, en mi familia no hay ningún médico. Mi padre es funcionario en el ayuntamiento de Híjar y mi madre trabaja limpiando. No contemplaba otra carrera. Al principio no me llegó la nota de Selectividad para Medicina y estuve un año preparándome para presentarme otra vez. Luego empecé Biología en Barcelona y al año siguiente me pasé a Medicina. Ha sido duro, pero estoy muy orgullosa y convencida de que quiero ser médica. Estudié Medicina para ayudar a la gente. Eso es lo que quiero hacer.

¿Ese afán por ayudar es lo que te llevó a presentarte voluntaria en el hospital de campaña que se montó en el pabellón de Ifem al principio de la pandemia de COVID-19?
Me presenté voluntaria para apoyar en lo que hiciera falta. Al final no me llamaron, porque buscaban a gente con experiencia. Me hubiera encantado poder ayudar. Así entiendo la Medicina: sirve para curar y mejorar la calidad de vida de la gente. 
«Vero Boquete es la futbolista de la que más he aprendido»
Unos meses después, en agosto, tú misma te contagiaste y no pudiste jugar la fase final de la Champions.
Pasé el COVID con síntomas leves, como una gripe: malestar general, dolor de cabeza, tos, unos días de fiebre, perdí el gusto y el olfato. Cinco compañeras del equipo lo pasamos a la vez y no pudimos ir la Champions. Tuvimos que guardar la cuarentena en casa. Cuando ya estás bien, sientes la impotencia de no poder hacer nada por ayudar a tu equipo. Teníamos muchas ganas de jugar la Champions, pero no pudo ser. Todos estamos expuestos al virus. Algunos piensan que no les va a tocar, pero le puede pasar a cualquiera. Tenemos que extremar las precauciones, adaptarnos y saber que vamos a convivir con el virus aún mucho tiempo.

¿Como futbolista, cómo has vivido estos meses: desde la sorpresa inicial, al confinamiento, la vuelta a los entrenamientos, el inicio de la Liga?
Nos pilló a todos por sorpresa en marzo. Nadie se podía esperar que este virus nos cambiara tanto la vida. Pasamos de repente de estar jugando, llevando una vida normal, a estar confinados en casa. En unos días todo cambió. No hubiera imaginado nunca que el mundo se pudiera parar así. Me mantuve activa en casa durante el confinamiento. Después del verano hemos podido retomar los entrenamientos y las rutinas de la vida cotidiana. Es verdad que es diferente, con muchas restricciones, pero nosotras al menos podemos entrenar y jugar.
«Compaginar el fútbol profesional con la carrera de Medicina ha sido una locura»
¿Cómo ves esta temporada la Liga? ¿La incorporación del Real Madrid es buena para el fútbol femenino en España? ¿Va a cambiar la rivalidad entre Atlético de Madrid y Barça de estos últimos años?
Es imposible que cambie la rivalidad Barça-Atleti. Llevamos muchos años enfrentándonos por el título de Liga. A priori tendríamos que ser los equipos favoritos. Cada vez es más difícil ganar, porque se van sumando equipos con proyectos muy ambiciosos, como el Levante o el Real Madrid. El fútbol femenino en España ha vivido un gran cambio hacia la profesionalización, aunque aún queda camino por recorrer. Al fútbol le viene muy bien que esté el Real Madrid. Le da más visibilidad y competencia a nuestra liga.
¿Dónde te ves en 5 o 10 años?
Me gustaría estar trabajando de médica en Madrid. Me quiero presentar al examen del MIR en 2023. Acabo mi contrato con el Atleti en 2022. Después me dedicaré solo a estudiar para prepararme lo mejor posible para el MIR. Me gustan varias especialidades: Medicina Intensiva, Familia, Anestesia, Oncología... Ya lo veré cuando llegue el momento de elegir. Depende de la nota que consiga. Hacer compatible el MIR con el fútbol profesional lo veo imposible.

Tienes los planes muy claros. ¿Emociona, impresiona pensar en poner el punto final a tu carrera futbolística?
Por una parte, sé que echaré de menos el fútbol. Echaré de menos la competición, la emoción de los partidos. Pero, por otra, también sentiré alivio: de no estar sometida a ese estrés, de no fallar, de tener que ganar siempre. Llevo muchos años en Primera División, jugando con mucha exigencia cada semana. Al final mantenerse tanto tiempo en el mismo nivel es complicado, es un gran desgaste físico y, sobre todo, mental. Seguro que echaré mucho de menos el vestuario, los momentos con las compañeras. El ambiente es muy bueno y hemos compartido muchas cosas durante todos estos años.