Enrique Ballester.- Los futbolistas tienen siempre la misma edad, pero nosotros no. Cuando eres niño los ves como adultos y cuando eres adulto los ves como niños. De una manera milagrosa, diría yo, nosotros vamos cambiando, pero la fascinación perdura.
Hay una franja de edad particular. Con aquellos futbolistas con los que compartes generación vives una etapa única, porque son los tuyos. En ese sentido, los que nacimos durante los años ochenta tenemos una medalla de la que me gusta presumir. Nuestra generación fue la primera que consiguió ganar un Mundial.
Nuestra generación fue la primera que consiguió ganar un Mundial.
No necesito más. Yo me considero ganador del Mundial. Tengo mis razones: cuando era niño jugué contra futbolistas que después llegaron a Primera División y jugaron con o contra aquellos futbolistas que después ganaron el Mundial. Es decir, me gusta pensar que al competir contra esos niños hice que se esforzaran para mejorar y luego, a su vez, ellos hicieron que mejoraran los que ganaron el Mundial. Por resumir, no lo voy a discutir: yo gané el Mundial.
Uno de esos niños que después ganó el Mundial era Andrés Iniesta, que ahora se retira. He defendido durante años una conspiración: el Gobierno impedía que Pau Gasol, Andrés Iniesta y Rafael Nadal se retiraran para que nuestra generación siguiera pensando que somos jóvenes, y no preguntáramos 'qué hay de lo mío'. Ahora toda la presión gubernamental se debe centrar en Fernando Alonso, que no tiene más remedio que aguantar en lo suyo. Por cierto, me han convencido para volver a hacer deporte y he empezado por el automovilismo. El otro día fui a los karts con mi hijo.*
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