Julio Ocampo.- Anna Rita Sacco de 33 años da clases en un instituto de Ostia, el municipio romano en la costa. Es paradójico porque esta hija de franceses es hincha laziale y apasionada de Francesco Totti, su debilidad. Como es abonada al Lazio no suele compartir mucho la contradicción. Durante el cierre del estadio cogía el coche y se disponía a girar y girar por los 70 km del GRA: Grande Raccordo Annulare, el anillo de Saturno que rodea Roma. “Salía de casa con el coche y me ponía a circular escuchando la radio. Si había poco tráfico (en parte gracias al Smart working), me daba tiempo a dar dos vueltas, una por cada tiempo. Recuerdo un gol de Luis Alberto que me alegró especialmente. Decidí embocar una de las salidas. La de la Prenestina. Iba sin rumbo y me detuve en los lagos de Tor Cervara para charlar con algunos pescadores que cebaban para pillar carpas. Estaban escuchando la radio. Nos abrazamos tomando una Peroni helada”, explica.
Con el estadio abierto, Anna Rita confiesa que el automatismo adquirido con el coche ha sido tan grande y tan apoteósico -por íntimo y especial- que ya no puede parar. “Con el último tanto de Immobile, salí en dirección Tuscolana para ver si veía algunas ovejas o cabras en los prados de Cinecittà”. Vean la película Sacro GRA, de Gianfranco Rosi. Fue León de Oro en Venecia en 2013.
TORNARE» Aficionados de la Roma en la vuelta al Olímpico del público.
Una de las voces de la radio que acompañó a Sacco en su peregrinación era la de Gianluigi d’Orsi. Apasionado de Roma y la Roma, d’Orsi es una persona de tradiciones y emociones, que trata de transmitir en Retesport, una de las radios más escuchadas en una ciudad bella e incómoda como Roma donde el coche es un medio masivo para ir a trabajar. “La gente ya no puede más. Ha decidido volver a los setenta y escuchar el fútbol por la radio. DAZN se bloqueaba mucho. Sé que mucha gente, porque me lo ha dicho, ha abandonado también SKY y prefiere estar con nosotros. La radio es un medio que nunca muere”, afirma el locutor romano.
“Roma es espléndida pero no está organizada. Nada que ver con París, Madrid o Londres. Aquí todo es visceral, y se hereda de generación en generación. Lo bueno es que ahora se puede escuchar también en el metro”, explica el locutor. La radio romana ha crecido con el covid19 y se ha convertido en piedra angular de la capital, junto al Coliseo, el Vaticano, la Fontana di Trevi, el fútbol, la casquería y la carbonara. “Tenemos 700.000 oyentes. Contamos con ex jugadores de la Roma como Candelá o Delvecchio, y eso a la gente le gusta”, concluye mientras se dirige al estudio. Allí experimenta el cambio radical de la radio deportiva que con la pandemia se ha acostumbrado a ampliar sus horizontes informativos más allá del deporte.
«La gente, con esta nueva realidad, prefiere quedarse en casa y ver los partidos por la tele. Lo que antes gastaban en entradas y abonos ahora lo hacen inscribiéndose a estas plataformas. No creo en la mística del campo de fútbol como antes», dice el veterano periodista Exio Luzzi.
El veterano Exio Luzzi fue el presentador del referente programa de radio Rai ‘Tutto il calcio minuto per minuto’. Ya está jubilado pero desde su despacho observa el Estadio Olímpico de su Lazio. Se confiesa celeste, pero no acérrimo. “La rivalidad es casi sudamericana en la efervescencia. Hay dosis de ironía y sarcasmo. No hay ciudad en el mundo con tantas emisoras locales. Esto es Buenos Aires. Aquí vinieron hace años muchos compañeros sudamericanos a trabajar y dejaron una impronta importante a la hora de cantar los goles”, explica Ezio Luzzi, nacido en Santa Fe en diciembre de 1933.
Se muestra escéptico con la idea de la vuelta, del Tornare, como se ha llamado en Italia. “La gente, con esta nueva realidad, prefiere quedarse en casa y ver los partidos por la tele. Lo que antes gastaban en entradas y abonos ahora lo hacen inscribiéndose a estas plataformas. No creo en la mística del campo de fútbol como antes. Así no porque el mundo ha cambiado. Me temo que el fútbol del pasado no volverá. Eso seguro, aunque no soy pesimista. El estadio con el tiempo será ocupado como dios manda, pero será sin ilusión, júbilo, ingenuidad, espontaneidad y ganas de diversión”.
MOU Y SARRI AL RESCATE
Hay, sin embargo, un punto que juega a favor de la ilusión en Roma. La llegada de dos entrenadores de solera. Un purista enamorado del fútbol atractivo y virtuoso y un portugués con ganas de entrar en el olimpo de Capello y Liedholm. “Sarri y Mourinho han dado la vuelta a la situación. La gente cree en ellos. Están preparados para hacer cosas importantes”. Humphrey Bogart con chándal y Special One al son de Lucio Battisti y Antonello Venditti.
«Será necesario proyectar campos más pequeños. El Maracaná, el Bernabéu o el Camp Nou ya no tendrán sentido. El estadio se ocupará pero será de dimensiones más reducidas. Crecerán las plataformas televisivas. Lo ideal es una capacidad de 45.000», vislumbra el arquitecto Massimiliano Fuksas.
El diputado de izquierdas Paolo Cento tampoco se apunta a la supuesta euforia de la vuelta al estadio: “Comencemos por el nuevo estadio de la Roma que ya no se hará porque el post covid ha cambiado la vida. Hoy un estadio de 50.000 personas se puede llenar sólo con 20.000. Menos, incluso. Los actuales ya no sirven porque son grandes. Se construyeron para el Mundial del 90. Son obsoletos”, apunta.
*Lee el reportaje completo de la vuelta del público al fútbol romano en la nueva edición de Líbero. Pídela a domicilio aquí. Gracias