Tres representantes de la grada del Atlético de Madrid

Tres representantes de la grada atlética. Son la voz de aquellos para los que Fernando Torres es el último símbolo. Para los atléticos a los que Torres salvó porque fue la única buena noticia en tiempos oscuros. Los que lloraron su pérdida aunque se hicieran del Liverpool, secaron los lamentos con Simeone y llenaron el estadio con su retorno. También los hijos sufridores del divorcio de los dos ídolos.

Líbero.- Diferentes generaciones de aficionados del Atlético de Madrid han generado la identidad del club desde Luis Aragonés a Fernando Torres. Leivinha, Futre, el doblete, Simeone… o símbolos negativos como Jesús Gil. La historia de un club se puede leer o ver pero quien realmente la siente es la grada. En el caso del Atleti, la grada del Calderón que todavía late en algunas partes del nuevo estadio, con su alma en construcción. El guion de la historia rojiblanca llevó a que en esta etapa de transición coincidieran los últimos días de Torres como futbolista y del Manzanares como estadio.

Esa fue la clave de la idea que Líbero pensó hace ya un par de años cuando escribimos ‘Fernando Torres, el último símbolo’, la película sobre su vida que recientemente ha estrenado Amazon Prime Video. El documental repasa la trayectoria de Torres y nos pareció una oportunidad de poner de espectadores a tres personas que representan a la grada.

Tres periodistas. Alejandro Requeijo, referencia de las agitadas crónicas judiciales de España y habitual del Fondo Sur. Iñako Díaz Guerra, el cronista de referencia para muchos atléticos en los últimos 20 años y Juan Pablo Colmenarejo, voz reconocible de la radio española y abonado 1.600 del Atlético de Madrid.

¿Es Torres el mayor símbolo de la historia del club?
Iñako Díaz Guerra (IDG.): No, es el más simbólico para una generación, pero hay otros del mismo nivel: Luis, Futre, Simeone... La gracia de Torres es que es el símbolo nacido del peor tiempo. Claro que hay símbolos. Simeone es un símbolo y lo va a ser para mucho tiempo. Antes de Simeone, Futre era un símbolo para la generación justo anterior de ese mismo nivel. Pero Torres salva al Atlético como fenómeno social porque hay un momento en el que si no surge Torres, del Atlético íbamos a ser los que ya éramos y algún hijo nuestro al que engañáramos. Era muy difícil vender nada del Atlético. Primero, estaba en Segunda, que eso tenía su gracia de marketing, pero después de eso Torres pasa cinco o seis años en Primera en el que el Atleti es la nada, tan importante y trascendente como el 11, o el 12… Aquellos años de Ferrando y Pepe Murcia, cuando jugar la Intertoto era un éxito.Torres salva al Atleti porque sin él se hubiera vuelto a bajar algún año porque no había nada más que los 18 goles de Torres y además no habría nacido ni un atlético más. Porque lo grande de este club, lo que lo hace trascedente o con personalidad es su afición. Si eso muere… Y durante 10 años, solo era Torres, incluso en Liverpool.

Juan Pablo Colmenarejo ( JPC.): Sí, es el mejor, el más venerado. Más que mi infancia con Leivinha, sí. O Luis Aragonés pero es que yo mi recuerdo lo tengo con Leivinha y Pereira. Era una locura. Iribar botando el balón y llega Leivinha y le quita el balón como aquella que le hizo Tamudo a Toni. Ese es mi recuerdo. Y Torres, el año de la desgracia, el último de Primera antes del descenso, toda la temporada es un drama. Porque el descenso estaba asumido, pero partidos como aquel con el Athletic de Bilbao con nieve y granizo y la gente insultando a Valerón, con todo aquello que se le decía, que para mí fue el final. Pensé, este día se ha acabado. Que el equipo desaparecía, la intervención, una guerra civil permanente en la grada… Yo pensaba que el equipo desaparecía y no me recuperé emocionalmente hasta la mañana del Leganés con el sol de cara y aparece Torres al final del partido. Es cuando vi la luz. Quedamos 1-1.

Alejandro Requeijo (AR.): Muchas veces ligamos los símbolos a los éxitos deportivos y no siempre es así. En el Atlético de Madrid hay un símbolo como es el Pechuga San Román que fue suplente toda la vida. El Mono Burgos es un símbolo y jugó dos años en el Atleti. A Torres no solo le hace símbolo que sostuvo sobre su espalda a los 18 años a una institución centenaria, no tanto en Segunda porque el primer año apenas juega… pero lo gordo es luego cuando en épocas de sequía el brazalete de capitán lo llevaba gente como Maniche, como Ibagaza… Entonces es un símbolo porque el día que España gana la Eurocopa la bandera que preside el autobús de la selección es la del Atlético de Madrid porque la pone Torres que ya no jugaba en el Atlético de Madrid. Hay una sensación de que Torres se fue pero nunca se fue y a eso me refiero cuando hablo de símbolos. Si le preguntas a Torres por Cristiano te va a decir que es un gran jugador pero siempre va a tener un gesto para dejar claro que es uno de los nuestros. Y eso hay otros que se lo han quitado. También en los medios durante mucho tiempo, en ese binomio Madrid Barcelona, elegir Atlético de Madrid, era una garantía para ascender en los medios porque no molestabas a nadie.

Creo que te refieres a Kiko, que sí parece un símbolo difuminado entre la hinchada.
AR.: Hemos perdido a Kiko. Ya no sentimos a Kiko como nuestro. Y no es porque no tenga derecho a empezar una carrera en los medios y decir lo que le dé la gana, faltaría más. Pero sí que si haces una escala de exatléticos en los medios comentando partidos tenemos a Kiko en una esquina y al pobre Futre que narró un partido y nunca más porque cantó el gol de Miranda y nunca más. Y sucede algo que me cabrea mucho que es que el comenta el partido del Atlético es un exmadridista o de otro equipo. ¿No hay jugadores del Atlético que sepan hablar?

IDG.: Me da la sensación con Kiko que a veces el jugador del Atleti que llega a los medios tiene que demostrar desde el día 1 que es tan neutral tan neutral que a veces se pasa al otro lado, se pasa de crítico. Tú escuchas a Gerard hablando del Barça y solo le ve las virtudes y Kiko parece que solo ve los defectos y eso al aficionado le cabrea mucho. Yo soy de los que cree que es un problema que los exjugadores comenten partidos por los colores porque nos comemos a comentaristas muy malos. Ahora tenemos el fenómeno Álvaro Benito y hablo con amigos que dicen que casi es una bendición que un exmadridista comente el partido del Atleti porque es muy bueno y habla de fútbol. Y además no tengo la sensación de que tenga sesgo, si habla mal, habla mal

Pero la prensa está llena de periodistas del Atlético de Madrid. Algunos muy significativos, como José Ramón de la Morena, por ejemplo.
IDG.: Pero cuando llegan arriba se quitan las rayas. No han ejercido de atléticos. De la Morena es un buen ejemplo. Ser del Atleti le permitía en las guerras Madrid Barça ser neutral pero en cuanto el Atleti era importante, ya no era del Atleti porque vaya lío. Ser y no ser, es un poco extraño.

AR.: Hay mucha gente que dice ser del Atleti y yo no la he visto pasar frío un domingo para ver al equipo. A este señor (señala a Iñako) sí le he visto en la cola de Lyon, en partidos que sabes que va a ser cero a cero, es domingo y toca ir a misa.

Sostiene Torres en la película que se tuvo que ir para que el club creciera. Que se sentía un lastre. Y con el tiempo es cierto que el equipo fue hacia arriba.
IDG.: Eso es reescribir la historia. Lo viví trabajando y vi cómo fue aquello. A todo el mundo en 2020 le conviene que ese sea el discurso oficial: yo me quería ir por el bien del club, el club me lo agradeció, se fichó muy bien y todo lo bueno que pasó empezó ahí… Pero no lo recuerdo así. Él se va porque el club está como loco por venderlo. Hay una cosa que el Atlético como club hace muy bien que es que a la hora de vender, cuando quiere el dinero, responsabiliza al jugador. Si repasas ahora la rueda de prensa con Cerezo en la que se va, la tensión no puede ser mayor. Torres no tenía especial interés en irse en ese momento. No la tenía. Porque Torres que, como bien dice Alejandro es uno de los nuestros, tenía asumido que le había tocado toda su puta vida ser el décimo de la Liga. Sí, el décimo, pero en su equipo. Entre sus representantes y el club le convencen y se va, pero no se va convencido y de la decisión de Torres no se salva nada.

Al Atleti no le salva Torres, le salva Simeone. Y a la gente se le olvida que el día que llega Simeone el Atlético está el 11 en la Liga, se lo acaba de cargar el Albacete en Copa y había venido un pequeño subidón con Quique [Sánchez Flores] pero que es un pequeño subidón para la Europa League, para entrar en Champions un año suelto como con Aguirre… No se había arreglado nada. Y por primera vez la gente se estaba girando al palco con cierta frecuencia. En resumen, lo que produce el Atleti actual no es la marcha de Torres sino la llegada de Simeone, lo que me lleva a pensar que si esa llegada se hubiese producido con Torres en el equipo habría sido aún mejor este Atleti.

AR.: Tú estabas trabajando y sabes más. Entre todos el relato coincide. Lo que es verdad es que entre medias, antes de Simeone, se produce el fenómeno Hamburgo que reengancha al club con la historia ganando un título continental que hacía 30 años que no se conseguía. Y eso es antes del Cholo y teniendo de estrellas a Forlán y el Kun. Es verdad que habría que analizar que ganaron de casi una tormenta perfecta pero en Liga estábamos en las mismas. Pero para una generación perdida como la mía que llegó tras el doblete estábamos sostenidos por la fe de nuestros mayores. Pero coincido en que a todos les coincide hoy como explicación. Pero como cada verano, asistimos a clases avanzadas de gilismo. Cuando todos los años, tras un crecimiento económico inequívoco, cuando nos dijeron que el traslado de estadio iba a potenciar los ingresos, cuando entrar en Champions era la solución económica para todo… te siguen diciendo que para fichar hay que vender, entonces algo no cuadra. Dicho esto, hay formas de llegar al Atleti y formas de irse y Torres sí lo hizo bien. Se fue al Liverpool que difícilmente iba a competir con el Atleti que no es lo mismo que irse al Madrid o al Barcelona.

Iñako Díaz-Guerra

Tiro del consultorio de Iñako: puedo asumir que me deje mi pareja pero no por el vecino al que odio. Eso Torres lo cuidó bien y se hizo de manera transparente. Ha habido ejemplos humillantes. Por ejemplo, De Gea. Un tipo de la cantera, nuestro, debuta y se afianza en el puesto, tenía todo para convertirse en el portero de la historia del Atlético de Madrid y se va al Manchester escondido en una sábana, lo niega, da una rueda de prensa con lágrimas de cocodrilo un mes después. Ahora mismo preguntas por De Gea a la afición y no es uno de los nuestros. Y eso con Torres no pasa. Hay ejemplos de algunos que no han nacido en el Atlético como Falcao. Sabíamos cómo venía, en qué condiciones y por eso asumimos que se fuera como se fuera. Si se hubiera ido al Real Madrid, hubiese sido el enemigo como Courtois.

El Atlético es de los clubes en los que peor encaja la fórmula de clubempresa. Y menos con un propietario como la familia Gil. Pero eso está asumido, ¿no?
IDG.: Nuestra desgracia es que lo robaron y eso conviene no olvidarlo. Primero, hubiese sido mejor que hubiesen pasado a ser Sociedades Anónimas todos y no todos menos cuatro. Pero sin entrar en eso, asumo que se venda el club no que se robe y se mantenga en manos de quien lo robó y ha prescrito, vale, pero los aficionados al fútbol somos bastante maleables. Si pasa esto de la apopiación indebida y luego el Atleti con una gran gestión se pasa 20 años ganando títulos, vamos… les pagamos lo que no pusieron. Pero es que encima la gestión fue una mierda y se han encontrado con Simeone e incluso te  encuentras que un club con un potencial económico evidente que ha quintuplicado sus ingresos tiene que ver si vende a Thomas para fichar a Marc Roca. No tiene que ver con meter dinero de fuera, pero quiero que se gestione bien. Ves al Sevilla con sus cosas y ves un plan. Luego se ataca mucho a Simeone pero es lo único que ata al club a la tierra.

AR.: No hay más que irse a los datos para ver que la etapa gilista es un cáncer con la excepción de Simeone. Ahí están las cifras de cuando los Gil llegan al club, la diferencia de títulos con el Barcelona era una liga, y lo que ha pasado después. Creo que juegan con el factor del miedo a lo que pueda venir como le está pasando al Valencia y también juegan con el gilismo sociológico en la grada que sabe gestionar el todos contra nosotros como lo hizo el doctor Cabeza y existe un recuerdo simpático de un delincuente que fue Jesús Gil. Ahí se produce una cosa curiosa. El documental que HBO promocionó con todo tipo de frases exculpatorias en el lenguaje berlusconinano como el hombre hecho a sí mismo, propio de una época de presidentes carismáticos con problemas con el código penal. Eso lo tenemos asumido. Y también hay un porcentaje de afición, calculo que unos 20.000, para los que el Atleti no es una opción de ocio de los domingos y se ha preocupado más por saber qué pasa ahí, más allá de si la pelota entra o no.

Hay un partido clave en el que él decide que su etapa en el Atlético ha acabado. El 0-6 contra el Barcelona en el Calderón.
JPC.: El primer día que me fui del estadio. Con el quinto. Es la única vez que me he ido. Pero no enfadado. Es que no podía más de desánimo.

AR.: Un día además que venía precedido de un debate que surge de vez en cuando. El Madrid y el Barça estaban en la pugna por la Liga y sale ese debate muchas veces impulsado por la prensa madridista para humillarnos y que es qué queréis los atléticos, dejar ganar al Barcelona o darle la Liga al Madrid. Y el resultado fue catastrófico además en un día de lluvia. Muchas imágenes de Torres queriendo ir al ataque sin que nadie le acompañara. En una soledad física, se veía en el estadio.

IDG.: Hay una leyenda con ese partido. Como la historia la reescriben siempre los ganadores y en este caso siempre es el Real Madrid, se cuenta que la afición del Atleti celebraba el 0-6 y no es verdad. Lo que pasa es que el Atleti no se jugaba nada. Evidentemente nunca te vas a dejar humillar. El Atleti no se dejó meter 6. El Atleti no sale a perder porque un profesional nunca sale a perder, salvo que le convenga como el típico cruce de baloncesto. Ahí no. En el ambiente se prefería que ganara el Barça la Liga, sí claro. Es que ahora con todo el asunto del Procés se ha generado un ambiente en el que llega un Madrid Barça y alguno dice, me da igual son lo mismo. No, coño, no son lo mismo. Y no porque el Madrid sea malo, no, son rivalidades. El fútbol también es eso. El rival es el enemigo. Es un hecho. Y ahí pasó eso. Pero la afición no aplaudió el 0-6. Se salió humillado y en tu propia casa. Torres nunca se fue porque la afición aplaudiera. Eso es falso. Hay cierta reescritura histórica a 15 años vista. La única verdad es que Torres se fue después. 

JPC.: Yo fui asimilando su marcha a lo largo de la temporada. A diferencia de la época actual no se veía un crecimiento, era todo lo contrario. A Torres empezaba a quedársele pequeño todo. Él tenía mucha proyección y se le estaba achicando el futuro. Hubo un momento en el que se decía que Torres había pedido a Iniesta porque el Barça tenía dudas. Y eso siginificaba que Torres le estaba pidiendo al club un proyecto con más personas. Se veía venir. El día del 0-6 tuve la misma sensación que con el día del descenso. Se ve claro que la etapa de Torres había acabado.

Alejandro Requeijo

Y ese día además contra Messi, Ronaldinho… la diferencia era sideral.
AR.: Además, la respuesta institucional ante esas derrotas era un tipo como Cerezo contando chistes malos o renovaciones a entrenadores por quedar séptimos como a Gregorio Manzano. Cuando ve que la presión cae sobre él, se le hincharon las narices.

IDG.: El club cada vez filtraba más en los medios que la salida de Torres era inevitable para que la afición se lo creyese y la salida fuera menos traumática. Explicado con el consultorio sentimental: a ti te gusta mucho alguien y lo intentas y aguantas pero siempre llega un momento en el que algo te hace clic, como dos hijos, y lo dejas. Esto no va a ningún lado. Eso le pasa a Torres ese día.

AR.: Era un Atleti muy distinto al de ahora. Muy poca perspectiva de crecer. Hubo mucho riesgo de instalarse en la mediocridad. En los aledaños de Hamburgo me encontré a Petón y me acerqué y le pregunté cómo estaba el Niño ante la perspectiva de que el Atleti por fin fuese a ganar un título. Y luego, cuando le vi en Lyon, lo entendí, porque ese día era un niño con zapatos nuevos. Petón me dijo en Hamburgo: “Pues estará tan contento esperando que el Atleti gane”. Me lo creo pero es como cuando te pierdes una fiesta y quieres que tus amigos se lo pasen bien pero tampoco mucho.

JPC: Yo eché mucho de menos que Torres se perdiera la juerga de Tallín. Aquello fue divertidísimo. Ganarle al Madrid la Supercopa de Europa fue muy divertido. Fue una juerga de siete gin tonics. El Madrid, si la gana te la reboza y si la pierde, le quita valor. Fue un 4-2 maravilloso.

Vámonos a Liverpool. Casualidad, suerte o lo que sea pero Torres se va del Atleti al Liverpool, que es un club muy parecido. ¿Cómo vivistéis esos años suyos allí?
IDG: Para mí fue fácil porque yo ya era del Liverpool.
AR: ¡Yo también! Desde la época de Roy Evans.

IDG:. Yo me hice del Liverpool porque de niño quería ser negro. Entonces vi el Mundial 86 y me impresionó John Barnes, miré, y era del Liverpool. Así de tonto es eso. Pero la hermandad ya existía, de siempre. El cambio de Torres a Liverpool si es adrede es muy inteligente y si no, es muy afortunado porque evidentemente va al club de la otra gran liga de Europa que más se parece al Atletico. Y alguno dirá, ya os gustaría tener sus  Copas de Europa. No, eso no es entender al Atleti. Se parece por su afición. Y nosotros medimos a los clubes por aficiones no por títulos.

AR.: Y otro detalle. Ese mantra del nacionalmadridismo sobre las mentes de los atléticos que dice que Torres se fue para ganar títulos. El Liverpool de ese momento era un club por el que nadie en su sano juicio apostaría por ese equipo para ganar la Premier. Aquel era un equipo que le costaba entrar en Champions.

IDG.: De hecho, no gana la Champions con ellos. Habían ganado una Copa de Europa en Estambul que había sido algo random, muy accidental. Ganaron una con un equipo que en la Premier ni la olía. En ese momento, el Liverpool está lejos del Manchester o el Chelsea, no se fue a un equipo fácil.

Pero es él mismo explica que se va porque necesita crecer.
IDG.: Hombre, ese Liverpool no es este Liverpool pero sí era mejor que aquel Atleti.

AR.: Si entrabas en el bar mítico de Anfield diciendo que eras del Atlético de Madrid te abrazaban como si fueras un primo hermano y Torres era un familiar. Había una hermandad por Fernando Torres. Y ellos nos interpretaban como iguales suyos. Te decían: Atlético, the working class, aunque eso sea debatible.

Pero también habría un sentimiento de nostalgia por lo que no fue al verle triunfar fuera.
IDG.: Es que Torres es un ídolo en el Atleti pero el club nunca llegó a disfrutar del Torres en plenitud. El que se va está en crecimiento y el que vuelve ya está en declive. El gran Torres, el que se ve en el Liverpool y en la Selección hasta la lesión, el que es balón de bronce, probablemente el mejor 9 de Europa, el primer año de Liverpool, pero es verdad que se lesiona, juega el Mundial cojo y lo remata y se juega la rodilla. Nunca vimos al gran Torres en el Atleti, nunca sabremos qué equipo se hubiera formado si se hubiera quedado.

AR.: Para mí ahí hay una diferencia porque el gol al Deportivo de La Coruña es el del gran Torres. El del Betis, antológico, también era un gol de Anfield. Es que la diferencia era que allí tenía de compañero a Steven Gerrard y aquí a Peter Luccin.

IDG.: Es que cuando piensas quién era el mejor compañero que tuvo Torres en los primeros años… es Agüero, pero no cuenta porque estaba entrando, y a lo mejor es Ibagaza. Una de las grandes decepciones, pero puede que sea Ibagaza.

Juan Pablo Colmenarejo

Bueno, el ídolo era Perea.
IDG.: Bueno, era un ídolo sarcástico.

AR.: Perea es como el pueblo de uno. Tú puedes hablar mal de tu pueblo, pero que no venga alguien de fuera a hablar mal de Perea.

JPC.: El mayor ejemplo de que Torres seguía siendo nuestro con sus triunfos es que pone la bandera del Atleti en la Eurocopa y nos mete dentro, porque estaba Luis Aragonés, pero no había ningún jugador del Atleti.

AR.: El día de Viena lo estaba viendo con mis amigos, de todos los equipos. Tengo muy claro con quién me abracé cuando marcó Torres, cómo nos miramos cuando marcó Torres y cómo sentimos como propia lo que significaba tener ahí a Torres marcando el gol y a Luis Aragonés contra viento y marea construyendo un equipo ganador después de haber purgado a la rémora madridista que durante tanto tiempo frenó los éxitos de la selección.

Y en mitad de su éxito en Liverpool decide irse al club rico, al Chelsea. ¿Qué os pareció?
AR.: A mí me alegra que hiciera eso. Es una teoría muy particular. Es que con todo el cariño, que le den al Liverpool. Yo le diría a la afición del Liverpool, estuvo muy bien, pero, ¿qué os pensabáis?

IDG.: Claro, es que no se olvide que Torres no es del Liverpool.

Vamos a la vuelta al Atlético. ¿Qué Torres esperabais en su vuelta?
JPC.: Me daba igual. Vino a acabar donde tenía que acabar.

IDG.: Yo no esperaba nada porque el Torres que veníamos viendo en Chelsea, Milan… era un Torres acabado. Es más, el Torres que vino en el Atleti fue mucho mejor de lo que yo esperaba y mucho mejor de lo que se dice. Empieza los años siendo suplente y los acaba siendo titular. Es fundamental el año de Milán. Se saca un penalti de la nada. Es fundamental en Munich. En la ida en el Camp Nou hasta que lo echan… Es mucho mejor. Pero al llegar me da igual.

JPC.: Hombre, llega y mete dos goles en el Bernabéu. Vuelve al santoral. Pegué un salto cuando marcó en el Bernabéu que pensé, ya está. Ya se puede ir si quiere.  Además, pum y pum, uno en cada portería.

AR.: Lo vi en un irlandés al lado del Bernabéu, plagado de vikingos, y puede que sea el gol que más he sentido en mi vida. Hasta mi novia que estaba conmigo me dijo: ya, para.

Además, vuelve y caza todos sus fantasmas marcando al Real Madrid, al que no conseguía marcar en su primera etapa.
IDG.: Solo le metió un gol en toda la trayectoria anterior. Con el Liverpool sí le hizo algún daño.
AR.: Metió un gol en un derbi que teníamos que haber ganado. Empatamos a uno si no le llegan a anular un gol a Perea.

IDG.: Daudén Ibáñez. Es gol, penalti a Agüero y pita al revés. Recuerdo un derbi navideño, cuando habíamos fichado a Gronkjaer, que la revienta en su primer partido…. éramos tan malos que un jugador con cierta clase como Gronkjar nos parecía bueno… y llega Torres hace un partidazo y Casillas hace 15 paradas increibles ese día.

Como siempre en su carrera, no falló en su debut y en momentos importantes, pero con su vuelta nos encontramos con la difícil relación con Simeone.
IDG.: Es muy difícil gestionar dos ídolos de ese calibre en un vestuario. Siempre he tenido la sensación de que el Cholo ha tenido celos de Fernando desde el momento de la presentación. Cuando llega y se llena el estadio. Simeone es lo mejor que le ha podido pasar al Atlético de Madrid posiblemente en su historia, la mayor resurrección deportiva que hemos visto nunca. Y como son las personas grandes tiene un ego grande. Y Torres es muy distinto porque su liderazgo es de otro tipo. Diego es un líder de rabia, de relato… y Torres, que tiene mucho ascendente en el vestuario, tiene un liderazgo mucho más de ejemplo, callado… Entonces, hay choque. Dicho lo cual creo que durante dos años lo llevan bastante bien porque Simeone es bastante justo con Torres, nunca le vende otra moto, le considera suplente y cuando le pone de titular, es titular por delante incluso de fichajes como Jackson Martínez o Gameiro. Ejemplo claro, Milán.

En la película hay un momento clave. Al final de esos dos años primeros de contrato, Simeone dice en una rueda de prensa que no quiere que renueve. Y eso crea un cisma.
IDG.: Creo que en esa rueda de prensa se equivoca. Cuando empiezas a ganar con frecuencia, algo se jode. Antes decía Alejandro que el aficionado del Atlético no lo es porque gane. Y desde hace unos años comenzamos a detectar que empieza a haber aficionados que son del Atleti sin convicción. No son esos de ¡soy del Atleti! Y luego además empieza a haber eso del Barça, lo del entorno. Es decir, estalla la cosa porque es un debate permanente fuera del vestuario que Simeone no quiere que se extienda dentro. Coño, es que los representantes de Fernando Torres son tertulianos. Entonces es imposible que Simeone no se tome como un mensaje que los representantes digan en una tertulia si tiene o no que jugar Torres. Se forma un debate que él quiere cortar porque estaba llegando al vestuario. Y ahí es feo y se equivoca. Pero no se vuelve loco y quiere echar a Torres. Sino que se le estaba escapando el relato.

AR.: A mí de la sensación de que en la grada entendimos con mucha naturalidad que había que querer igual a mamá y a papá. Y saber que no es incompatible querer a Torres y el Cholo, asumiendo que podía haber ahí un problema. A mí personalemente no me gustaron cosas de los últimos años. No puedes prescindir de Torres y a los seis meses fichar a un jugador deportivamente discutible como Morata. Yo discuto el fichaje de Morata porque es un ciervo, no porque deportivamente sea discutible. Como si mete 50 goles. Son 50 goles de ciervo. Y luego encima es que es una mierda, pero tiene a la prensa nacionalmadrista a su favor, porque es de los suyos.

IDG.: O peor, Kalinic, para ese rol te vale Torres.
AR.: A mí eso no me gustó. Pero en la grada… Cuando el Atlético pasa de los 25.000 a los 45.000 después del descenso, esos 20.000 nuevos hacen por entender los códigos, se aprenden las canciones y el respeto a los símbolos. Y esa gran masa que del Calderón se va a ese páramo infecto de Canillejas donde nos han mandado, en su mayoría sí lo respetan, pero no es lo mismo.

JPC.: Sí, no es igual, han llegado los nuevos.

AR.: Todavía tenías que aguantar que criticaran a Torres.

IDG.: La ironía es que esos que criticaban a Torres y defendían a Simeone son los mismos que ahora critican a Simeone.

JPC.: Respecto a ese conflicto estoy muy contento de haberlo vivido sin enterarme. Yo no estoy en las claves de la información deportiva. Sí he seguido los medios o he coincidido con Petón en la Cope y le decía: no me lo cuentes, no quiero saberlo. Solo sé que uno se va, otro está y el otro volverá. AR.: El discurso de Torres en su despedida es muy importante. Él dice: “Vendrán a dividirnos”. Parece la carta de Fernando a los corintios… Me parece que no hay que abrir la puerta a dividirnos eligiendo entre Torres o Simeone. En la grada eso no existe. La crítica a Simeone es interesante. A mí por ejemplo, tengo una pedrada, que reconozco que es personal, sobre que el Cholo nos ha llenado el vestuario de vikingos. Eso me parece un debate interesante. Pero es que los que critican a Simeone son los nuevos.

IDG.: No estoy de acuerdo contigo porque yo creo en la reinserción. Históricamente hemos rehabilitado a muchos. Empezando por Luis Aragonés. AR.: No es lo mismo, el Plus Ultra aquel.

IDG.: Pero era el Madrid.
AR.: Sí pero no estuvo en un balcón descojonándose de nosotros.

IDG.: Bueno, pero tienes a Juanfran, madridista de cuna… No soy tan radical. Y la pérdida de perdón permanente me convence. Por ejemplo, yo a Griezmann le echo en cara que es un niñato, pero durante cinco años, incluso el último año, le he visto en el minuto 93 perseguir a un rival por evitar un córner. Me cuesta matarlo. Griezmann será del equipo que quiera ser. Me joden más un Lucas Hernández que creció aquí y ahora le veo de suplente y me hace gracia. O Rodrigo que llegó aquí y al año después de ser el nuevo que menos esfuerzo le costó entrar con Simeone que siempre les hace la mili, dice que se quiere ir a jugar mejor. Vete, pero lejos, tú que has sido canterano. Me cuesta más con esos que con Griezmann o Agüero.

AR.: Sí, en ese código penal atlético hay agravantes y atenuantes. Es que veníamos de unos años en los que veíamos llevar el brazalete a hombrecillos que decías, qué vergüenza. Y luego veías a Koke, Saúl, Torres, Gabi… los nuestros y te identificabas.

JPC.: O Thiago, Raúl García, Godín…

Respecto al antimadridismo identitario, Torres siempre lo ha llevado con elegancia.
IDG.: Sí, con elegancia, pero solo dio una orden a Petón: “Del Madrid no escuchamos ni ofertas”. Algunos escuchar, escuchan…

Por último, me gustaría saber que futuro le véis en el club.

JPC.: Estilo Butragueño en el Madrid. Más hacia la gestión.
IDG.: Presidente en algún momento en el que necesiten otro escudo. Lo que han aprendido Enrique [Cerezo] y Miguel Ángel [Gil Marín] es que nada les protege más a ellos que un símbolo. Simeone se agotará porque lo exprimirán y en ese momento tirarán de Torres.

JPC.: Para tapar el agujero gigantesco que va a dejar Simeone

Puede ser un directivo con voz y voto deportivo para elegir el entrenador por ejemplo.
AR.: Ojalá. Me gustaría muy poco que fuera un monigote de la familia Gil

JPC.: Si Torres sucederá a Simeone como símbolo en el club, eso no está muy lejos porque me da la impresión de que lo de Simeone está a punto de acabar. Se acabará pronto.

IDG.: Dependerá de Joao Felix.
JPC.: Creo que si este año gana un título, se va.

Y como sucesor de liderazgo en el vestuario.
¿Koke? ¿Saúl?

JPC.: Koke lo está pasando mal. El Metropolitano le ha pitado. Yo nunca discuto en el fútbol pero algún día me he vuelto.

AR.: ¿Cómo puede suceder eso? ¿Cómo se puede silbar a Koke?

IDG.: Koke no tiene el carácter de líder. Es muy buen chico, pero no tiene ese liderazgo. ¿Por qué Thiago o Godín al año y medio de estar aquí eran líderes? Porque entendieron de qué va esto. Saúl es el modo carrera del FIFA, juega con él, pero no tiene el liderazgo. Puede que Giménez pero con las lesiones y tal no ha podido. Ahora mismo el líder es Oblak pero es un líder como Torres. Te pongo una mirada así y tú me entiendes. Pero no de arengas como Godín o Gabi.
AR.: El fútbol moderno dificulta mucho que los futbolistas tengan una presencia, un relato y un liderazgo. Con el Leipzig por ejemplo, cuando nos pitan el penalti a favor, cómo puede ser que ese tío no esté expulsado. Y que el capitán no esté pidiéndoselo al árbitro.
IDG.: Con Gabi eso no pasa.

¿Hay algún detalle o partido o momento que simbolice lo que Torres representa para la grada más allá de su trayectoria más conocida?
IDG.: El atlético venera a Simeone o Luis Aragonés. Pero es que hay una generación de aficionados que no es que admire a Torres es que te sientes Fernando Torres. No eres Simeone, eres un súbdito de Simeone, eres el nieto de Luis Aragonés, pero tú eres Fernando Torres. Es lo que todos hubiéramos sido si hubiéramos sido buenos.

JPC.: Mi hijo me pide la camiseta de Torres y tiene 15 años y no le ha visto jugar.

Eso lo explica el propio Torres en la película. Se enorgullece mucho de eso.
JPC.: El día del doblete yo tenía detrás a un señor que ya no está en este mundo porque era muy mayor y ese día aprendí que aquí se llora cuando se gana. Cuando se pierde no se llora. Pero cuando marcó Kiko se echó a llorar… Llevaba años sin abrir la boca pero aquel día era un manantial. •