Líbero.- "Es un honor hacer socio al hincha que siempre estuvo ahí, este árbol representa mucho para nosotros ya que nos sentimos muy identificados, porque es duro y noble como nosotros los chacariteños" dice Roberto Garcete, presidente del club Resistencia Sport Club, de las categorías inferiores de Paraguay. A través de un pequeño y respetuoso hueco en la tribuna lateral, el lapacho, un árbol típico paraguayo, crece alrededor de los aficionados que lo quieren como a uno más.
El estadio Tomás Beggan Correa, en la ciudad de Asunción, tiene una capacidad de 6.500 espectadores gracias a las recientes obras de ampliación. El estadio simbolizó los destrozos producidos por las grandes crecidas del río Paraguay a su paso por la ciudad el año pasado. Las instalaciones quedaron anegadas y solo era posible llegar al recinto en canoa. Después de mucho esfuerzo y sufrimiento el histórico club recuperó la normalidad en sus gradas, incluido su querido árbol para celebrar el centenario en 2017.
El árbol creció durante 20 años sin que las gradas lo impidieran. “Él está aquí las 24 horas del día cuidando las instalaciones”, reconoce el presidente. El club amplió el año pasado el aforo con la construcción de un nuevo graderío sobre un descampado. Los arquitectos recibieron la orden de respetar al árbol, símbolo del club y por eso diseñaron ese alcorque en el cemento.
El Resistencia no juega en Primera desdee 1991, casi un lustro antes de que fuera plantado el árbol que ya es su símbolo. “Todavía es joven y no ha florecido, pero esperamos que lo haga este año y sus flores sean celestes”, aspira el presidente.