Jorge Villena Cabo.- ¿Quieres ser el Arsene Wenger del Ladies?”. Con esta frase pronunciada por Ivan Gazidis, Director Ejecutivo, comenzaba en septiembre de 2014 la aventura en el Arsenal Ladies de Pedro Martínez Losa, joven entrenador madrileño al que la vida ha llevado por casualidad al fútbol femenino. Y este es ya su hábitat. Comenzó sus días como técnico con los niños de su colegio Escolapios de Pozuelo de Alarcón, saltó a la Escuela del Atlético de Madrid y fue entonces cuando el Rayo Vallecano se fijó en él para su equipo femenino, ese que ejercía de foco mediático cuando jugaba Milene Domingues, la por entonces pareja de Ronaldo Nazario. Hoy es el nuevo seleccionador nacional de Escocia pero antes reinó en el equipo de mujeres de los Gunners.
CELEBRACIÓN» Uno de los títulos con el Arsenal.
Fue en el Rayo donde se adentró en el fútbol femenino, del que nunca ha salido. Después de ganar tres títulos con el Rayo decidió que Estados Unidos era un buen lugar para crecer, aterrizó en el Western New York Flash, donde moldeó a jugadoras como Abby Wambach (Balón de Oro en 2012) o Carli Lloyd (Premio The Best FIFA en 2016). Después de un periplo triunfal en Nueva York, donde además de trabajar con el primer equipo digirió la Academia e hizo una incursión en la formación universitaria, llegó la llamada de Gazidis desde el sudeste de Londres. Más de dos años después de aquello, y tras ganar dos títulos con el único club inglés que tiene una Champions en sus vitrinas, Pedro Martínez Losa ya era una referencia en la historia del planeta gunner. Tanto, que los aficionados contemplaron su figura como una réplica del Arsene Wenger que aterrizó en su día en Highbury para darle una vuelta a un club que ya suma 130 años de historia.
Desde la calma de la ciudad deportiva del Arsenal vivía con pasión su aventura inglesa sin perder de reojo lo que acontece en el fútbol femenino español y el alumbramiento del equipo femenino del Real Madrid. “Si es para crear una estructura profesional, mi teléfono siempre está operativo”, decía el técnico madrileño sobre el entonces incipiente proyecto madridista. En octubre de 2017 terminó su etapa en Londres y tras un periodo en el Millwall Lionsess, en junio de 2019 recaló en el Girondins femenino en Francia al que llevó por primera vez en su historia a la Champions League.
» FIGURA El joven entrenador consiguió captar el respeto de la prensa británica por su labor al frente del equipo.
En apenas una década has vivido la transición de un colegio de Pozuelo de Alarcón al impresionante Emirates, ¿Cómo se lleva eso?
No había programado ni estar en el fútbol femenino, al que llegué por casualidad. Isaac Cardoso, presidente del Pozuelo, se empeñó en que tenía que entrenar al equipo femenino cuando estaba en Superliga, y desde ahí vas dando pasos. Es cierto que en el fútbol femenino es relativamente fácil llegar a la élite rápido. Te metes en ese tren y supongo que algún día tendré que bajar, pero de momento esto va rápido y bien...
¿Nunca has entrenado a chicos?
Sí. Empecé en los Escolapios entrenando a alevines, luego infantiles, cadetes, juveniles… empecé con 18 años. Después, el entrenador del equipo de Regional se marchó quedando cuatro partidos, y pensaron en mí para sustituirle porque estaba terminando INEF y venía haciéndolo bien con los chavales. Ganamos esos cuatro partidos y me propusieron hacerme cargo del equipo la temporada siguiente. Yo por entonces tenía ya unos 26 años y era jugador, así que cuando me lo propusieron rechacé la idea de principio porque me sentía jugador y quería seguir jugando. Pero pensé que si quería dedicarme a entrenar en el futuro y me estaba formando para ello, era una buena oportunidad. Cogí el equipo y subimos a Primera Regional.
Creo que esa temporada, en la que entrené a los que eran mis amigos, es de la que estoy más orgulloso en mi carrera. De ahí me llamaron para la Escuela del Atlético de Madrid, en la que estuve tres años con benjamines y alevines. Al tiempo entrenaba también en el Pozuelo. Y me llamó el Rayo Vallecano. ¡Hubo una temporada en la que entrenaba a varias bandas! Fueron cinco años increíbles en el Rayo en los que construimos un equipo muy competitivo, con jugadoras como Sonia Bermúdez, goleadora ahora del Atlético. El club nunca había ganado nada, así que ganar la Copa de la Reina fue un exitazo. El equipo masculino estaba en 2ªB, así que fuimos un poco el escaparate del club. Y la afición del Rayo, que es increíble, también contribuyó a que esos años fuesen muy intensos para todos.
«Y me llamó el Rayo Vallecano. ¡Hubo una temporada en la que entrenaba a varias bandas! Fueron cinco años increíbles en el Rayo»
Siguiente paso, Estados Unidos.
El fútbol da muchas vueltas. Jugando Champions League con el Rayo conocí a un empresario americano que estaba montando un equipo y que estaba interesado en mi trabajo. Al terminar mi relación con el Rayo pensé que habiendo ganado tres ligas y una Copa, en España solo podía ir a la Selección para ir un paso más adelante. Así que me salió la oportunidad de ir a este club, el New York Flash, que me ofrecía ser segundo entrenador del equipo, dirigir la Academia y, al tiempo, llevar al equipo de la Universidad de Niágara. Me fui para allá dejando además la plaza que tenía en mi colegio, Escolapios, cuya actividad había compaginado con el Rayo Vallecano.
«Al terminar mi relación con el Rayo pensé que habiendo ganado tres ligas y una Copa, en España solo podía ir a la Selección para ir un paso más adelante.»
Me trataron fenomenal, contaban con unas instalaciones increíbles y ya desde el principio vieron que estaba capacitado para ser primer entrenador. Fue mucho trabajo, porque entrenaba con las profesionales por la mañana y con los niños por las tardes, pero me ayudó mucho, por ejemplo, a mejorar mi inglés. El salto de España a Inglaterra hubiese sido imposible sin ese paso intermedio en Nueva York. Tuve que dar muchas vueltas a cómo explicar conceptos que para un técnico español son naturales a gente que piensa de otra manera.
Los seis primeros meses me parecía que era imposible, pero fue con los niños con los que me di cuenta de que se podía hacer. Son más abiertos, te permiten expresarte sin complejos y te permiten los errores. De repente, mis equipos comenzaron a jugar como yo quería, de forma combinativa, con posesión. Ganamos ligas en Sub 11 y Sub 12, a la gente le gustaba cómo jugaban los equipos, y eso me sirvió para darme cuenta de que sí se podía llegar hasta gente que ve el fútbol de forma muy diferente.
¿El técnico español está tan valorado en el extranjero como nos parece desde aquí?
Creo que el entrenador español es muy bueno en comparación con el de otros países, pero suele tener problemas con el idioma y carece de la organización del conocimiento que hay en otros sitios. Parece que otros técnicos son mejores porque son más organizados, dicen ”la técnica se enseña de esta forma, la táctica de esta otra…”, y eso facilita las cosas. El técnico español es más espíritu libre y enseña mejor a través del juego. En el extranjero se tiende a creer que un ejercicio siempre es mejor que un juego, y yo creo que no, que se aprende jugando.
«De nada te sirve chutar bien con las dos piernas si no entiendes el juego. En EEUU todos los ejercicios se dirigen a la técnica, y técnicamente los chicos son increíbles, pero es un conocimiento que no va aplicado al juego; se les priva mucho de libertad para hacer movimientos».
De nada te sirve chutar bien con las dos piernas si no entiendes el juego. En EEUU todos los ejercicios se dirigen a la técnica, y técnicamente los chicos son increíbles, pero es un conocimiento que no va aplicado al juego; se les priva mucho de libertad para hacer movimientos. Veía entrenamientos de niños de ocho años que durante una hora repetían el mismo ejercicio. Es más adiestramiento que entrenamiento. Muchos de ellos ni se divierten. También en Inglaterra hay mucho que mejorar en términos de coaching. Creo que la forma en la que desde Inglaterra se ha enseñado fútbol en el pasado no es la mejor para potenciar las habilidades de cada jugador.
Ahora parece que no se puede entrenar sin la ciencia aplicada al deporte…
Es una locura, pero yo creo bastante ella, sirve para hacer mejor al jugador y para prevenir lesiones. Pero eso sí, hay que saber interpretarla. En el Arsenal Ladies tenemos scouting, videoanálisis, gps, nutrición y trabajo psicológico. Hemos dado un paso hacia el profesionalismo brutal. Ivan Gazidis me decía que estaba contento con tener buenos profesionales, pero se reía diciendo que estos siempre tienen buenas ideas, y estas siempre cuestan dinero. Tenemos un chico que nos pasa los clips de vídeo de todas las jugadoras, y ellas tienen siempre un feedback nuestro de cada partido.
¿Y esto dónde termina?
En una charla en la RFEF nos contaba Lorenzo Buenaventura que cuando estaba en el Bayern con Guardiola tenían informes de cada jugador, de cómo habían jugado, del rival, estadísticas,… mil cosas. ¿Pero hay tiempo analizar eso cuando juegas domingo y miércoles?, y si tienes ese tiempo ¿tienes la certeza de que te va a servir para jugar mejor? Pongo un ejemplo. Ahora tenemos el High sprint running, que mide los esfuerzos de máxima velocidad en periodos largos de tiempo en un partido.
Después de un partido nuestra central de 17 años, que ha hecho un temporadón, da un valor de 40 cuando lo normal es 400. ¿Cómo interpretamos eso? O bien es lentísima o bien es que ha hecho un partido impecable en el que no ha cometido ningún error y no ha tenido que corregir. Hay que saber interpretarlo. Se trata de que la ciencia aplicada nos haga la vida más sencillas, no más complicada. Lo importante es ganar, y al final puede que sea más efectivo tomarte una cerveza con la capitana del equipo y mantener una charla que ponerle un gps.
Volvamos a tu carrera. Llega el Arsenal, el club más laureado de Inglaterra.
Sí, tiene 47 títulos. Se fundó en 1986, y lo hizo Vic Akers, que ahora trabaja con el primer equipo masculino. Convenció a David Dean, que ahora trabaja para la Premier League y que fue quien trajo a Arsene Wenger. Yo he ganado dos títulos, los 45 anteriores se ganaron en una época en la que el Arsenal era el único equipo que pagaba dinero y era el dominador absoluto del campeonato, que no era profesional. En 2012 se pusieron las bases de lo que es la liga profesional y se han hecho las cosas muy bien.
«Yo he ganado dos títulos, los 45 anteriores se ganaron en una época en la que el Arsenal era el único equipo que pagaba dinero y era el dominador absoluto del campeonato, que no era profesional»
Es un sitio para estar, ya que se está invirtiendo, hay clubes potentes metiendo dinero y la Federación Inglesa no repara en gastos. Llegué al Arsenal en un momento complicado, con el City invirtiendo, jugadoras que se iban… hubo que reconducir la situación. Entre Clare Wheatley, la General Manager, y yo tuvimos que convencer al club de cambiar muchas cosas. En los peores momentos pienso que si me trajeron a mí es porque quieren hacer cosas diferentes, si no contratarían a un entrenador inglés.
Te ha tocado ser el Wenger del Ladies…
Eso me dice Gazidis cuando me ve: “Queremos que seas nuestro Wenger”. Y estamos haciendo muchas cosas. Cuando llegué el Ladies era casi amateur: entrenaban tres veces por semana, y eso había que cambiarlo paso a paso. El día que le dije a las jugadoras que había que llegar mínimo 40 minutos antes del entreno se extrañaban. Estaban acostumbradas a llegar cinco minutos antes. Son pasos hacia el profesionalismo.
«El día que le dije a las jugadoras que había que llegar mínimo 40 minutos antes del entreno se extrañaban. Estaban acostumbradas a llegar cinco minutos antes. Son pasos hacia el profesionalismo».
Ahora son profesionales, llegan por la mañana para tratarse con los fisios, hay unas instalaciones de 15 millones de libras que solo utilizan el primer equipo masculino, el filial, el juvenil y el Ladies, se come en el restaurante con los chicos, hay una sala solo para las Ladies… creamos una estructura profesional que hasta ahora solo estaba al alcance de equipos masculinos.
Desde la lejanía parece que Arsenal y Wenger se han mimetizado en uno.
Arsene cambió el club de arriba a abajo en cuanto a filosofía. Mira, se les llaman Gunners porque Highbury estaba construido junto a una fábrica de armas, y los jugadores trabajaban allí. Ya no nos acordamos de cómo era el Arsenal pre Wenger, pero no tenía nada que ver con lo que trajo Arsene. Este fútbol que nos gusta tanto a todos y que lleva 20 años haciendo lo introdujo él, con el mérito añadido de hacerlo en una cultura que es muy cerrada.
Es un mérito enorme. Y a mí me está tocando hacer un poco eso también en el femenino. Hablé con él tras la final de la FA Cup que le ganamos al Chelsea y me felicitó por el fútbol desplegado. Yo le dije que no siempre jugábamos así. Y él me contestó, “cuando yo llegué aquí hace 20 años el futbolista inglés solo quería beber y fumar, era su cultura, y me costó mucho hacerles confiar en la importancia de cuidarse antes del partido, cuidar la alimentación, atender a la táctica… Fue muy complicado”. Ahora es muy fácil decir cosas de Arsene, pero su mérito es tremendo.
¿Cuáles son los valores del Arsenal?
En el Arsenal tenemos tres lemas: Act with class (actuar con clase), always go forward (ir siempre hacia delante) y be together (estar juntos). Son muy genéricos, pero se cumplen. Son una filosofía, y por ejemplo, Wenger es el ejemplo perfecto del primero de ellos. Nunca le verás comportarse como Mourinho o Conte, con todos mis respetos hacia ellos. Es una persona genial en el trato a los jugadores, la preparación… y conviene preguntarse si el Arsenal habría ganado más o menos títulos sin él. ¿Lo sabemos? No. Pero lo que está claro es que se habría gastado al menos tres veces más dinero. Hay que valorar esa eficiencia del club. Aquí no se fichan grandes estrellas, se ha sido responsable con el dinero y se ha priorizado pagar el estadio. Es la manera de hacer las cosas del Arsenal.
Passion for the game... I still remember my first day like it was now ... pic.twitter.com/amwpRRxJtB
— Pedro Martínez Losa (@PedroMLosa) 13 de mayo de 2019
¿Hay inquietud en el club por lo que será el Arsenal post Wenger?
No. Se respira un gran respeto a Arsene. Todos sabemos que estamos aquí por el primer equipo, y todos los empleados del club vamos a sumar. Cuando ellos pierden con el Birmingham los jugadores, empleados y nosotros estamos de bajón; cuando se ganó al United las caras eran otras. En el Ladies somos muy respetuosos con Arsene por su educación –hablo con él a diario y el trato siempre es excelente-, y porque nos permite estar en la mejor de las instalaciones con ellos, porque podría haberse negado. Hay otros casos en Inglaterra en los que el manager no ha querido al equipo femenino en la misma instalación. Lo respetamos, ellos sabrán.
¿Cómo es posible acelerar la evolución del fútbol femenino en España?
Hay que mirar hacia uno mismo y pensar qué podemos hacer cada uno para que el fútbol femenino vaya para arriba. Yo intento que mis equipos jueguen bien, que si mañana llevas a un niño al campo que se divierta… eso es clave, hacer todos lo que esté en nuestra mano. No se puede comparar culturas, pero en Estados Unidos los padres y madres inculcan a muchas chicas la importancia de cuidarse como atletas y practicar deporte con la finalidad de llegado el momento tener una beca universitaria y poder costearse una carrera. Aquí, hasta la fecha, la motivación de una niña por el fútbol era otra. Hace diez años se tenía que pelar con sus padres para que la llevasen a un equipo porque el fútbol no era para niñas. Estas chicas han tenido que saltar muchas barreras impensables en Estados Unidos, donde vas por la calle Broadway y te encuentras un póster gigante de Alex Morgan.
¿Esa mentalidad falla en los clubes españoles?
El Athletic de Bilbao fue pionero en tratar a sus jugadoras como profesionales, en el Rayo en su día creo que fuimos ejemplo, el Barcelona ahora parece que está dando a las jugadoras la misma equidad que a la cantera. Son fases. Es fundamental que todo lo que rodea al fútbol esté predispuesto a ayudar, y eso se consigue cuando una empresa ve negocio. Al igual que cuando una jugadora ve futuro en el fútbol es cuando se dedica a ello. Es un círculo.
¿Un gran reto sería la Selección?
El trabajo de Vilda es magnífico. Hablo con él a veces y es un enorme profesional. Es una persona ideal para el cargo. En un futuro quién sabe si me cruzaré con la Selección, podría ser. En el fútbol femenino pasa algo curioso: se ha considerado más el fútbol de selecciones que el de clubes. A mí me gusta más el día a día, trabajar en el desarrollo de las jugadoras desde la base, pero un proyecto de selección potente es también atractivo, claro.
*entrevista realizada en el verano de 2017. ¿Te ha gustado? Ayúdanos a seguir encontrando grandes personajes del fútbol suscribiéndote a Líbero.