Los presos políticos que golearon al apartheid

Robben Island, la cárcel donde pasó más de dos décadas Mandela, libró una batalla entre el fútbol y el apartheid. Crearon su propia Liga, clubes y federación para desafiar al Estado que consideraba el soccer como un deporte de negros y, por tanto, a extinguir. No lo consiguieron.

Rodrigo Marciel.- Mucho se ha escrito, filmado y reproducido sobre el rugby en Sudáfrica. Películas, libros, política, apartheid, un cóctel donde el deporte ha mostrado un fiel reflejo del cambio que vivió el país después la terrible segunda mitad de siglo XX. El Mundial de 2010 fue el broche de oro a una lucha que empezó mucho antes. Chuck Korr y Marvin Close definen el fútbol de Sudáfrica en aquella etapa como 'More than just a game' (más que un juego), una simple frase que explica el movimiento social que logró el balompié en medio de los años más duros del apartheid. Un libro publicado justo antes del Mundial de 2010 para relatar la importancia del deporte rey en esta nación.

Sudáfrica vivió un veto deportivo que impidió a sus selecciones disputar competiciones internacionales entre la década de los 50 y entrados los 90, algo que ahora se reclama a naciones como Arabia Saudí, a años luz de cumplir con los Derechos Humanos dentro de sus fronteras. Que el fútbol era de negros y el rugby o cricket era de blancos se plasmó en los años más profundos del racismo sudafricano. Robben Island, la isla donde se levantó la cárcel más famosa del apartheid, experimentó una lucha entre el fútbol y el Estado que aún hoy es analizada por sociólogos y politólogos explicando así el partido que tuvieron que librar los presos, y la comunidad negra en general, contra los oficiales.

Robben Island, la isla donde se levantó la cárcel más famosa del apartheid, experimentó una lucha entre el fútbol y el Estado que aún hoy es analizada por sociólogos y politólogos explicando así el partido que tuvieron que librar los presos, y la comunidad negra en general, contra los oficiales.

Allí, donde Mandela y otros muchos importantes activistas en contra del régimen, pasaron años encerrados, vieron en el fútbol una vía de escape clave para mantenerse con vida en medio del horror. Se llegó a formar una federación propia dentro de los muros de la cárcel, una Liga y unos clubes para competir durante más de una década entre rejas.

La Makana Football Association libró una batalla de tres años contra los oficiales de la cárcel de Robben Island para poder por fin realizar una liga interna en los 60. La obsesión de los oficiales en contra del fútbol llegó hasta tal punto de poner un muro en frente de la ventana de Mandela para que no pudiese siquiera ver los partidos.

Estos acontecimientos mostraban una vez más lo importante del deporte como sucedió de igual forma durante el nazismo. El gueto de Terezin en la República Checa, la antesala de la muerte en Auschwitz, vivió una liga de fútbol entre los presos. Un respiro que la propaganda nazi utilizó ante la Cruz Roja. Muchos de esos presos confesaron años después que quizá el fútbol salvó sus vidas y la propia FIFA reconoció a la Makana Football Association durante el 89 cumpleaños de Mandela en 2007. Aquel año se jugó el partido '90 para Mandela', un partido que homenajeó a todos aquellos que jugaron el partido más importante de sus vidas. 

2007 Pelé besa a Mandela en la presentación del partido '90 minutes for Mandela'