Paulo Futre jr.-. "El balón de fútbol es el espacio donde puedo ejercer mi creatividad, investigar nuevos formatos y posibilidades", explica el creador, que hace ya 13 años que lo utiliza como material de trabajo de sus obras. La materia prima perfecta para generar un diálogo entre el deporte rey y el arte a través de la geometría. Irónicamente porque la esfera del balón como tal no existe. Tradicionalmente siempre ha sido un icosaedro truncado, formado por 12 pentágonos y 20 hexágonos. Y es precisamente esa relación geométrica en la que se basa el artista para explorar sus posibilidades plásticas. Formalmente hablando, Barbosa descose los hexágonos de cuero sintético de los balones, para volver a coserlos en una superficie horizontal.
ARTE Barbosa parte de un objeto cotidiano, la pelota, para descontextualizarlo y otorgarle una nueva naturaleza artística.
Transforma un objeto tridimensional en un plano. Al igual que el temido sistema diédrico de dibujo técnico en el colegio. La idea original apareció en su mente al ver azulejos hexagonales y darse cuenta que la estructura básica de una pelota es la misma. Es en ese replanteamiento estructural donde se produce el joga bonito. Barbosa parte de un objeto cotidiano, la pelota, para descontextualizarlo y otorgarle una nueva naturaleza artística.
Barbosa no se queda solo en el plano horizontal, sino que también cose los hexágonos tridimensionalmente para generar objeto-esculturas formados por varias pelotas.
El objeto cotidiano digievoluciona en una pintura-objeto. Todo un ejemplo de la deconstrucción tan publicitada por los chefs televisivos. Podemos encontrar dos referencias históricas en su propuesta, ambas de principios del siglo XX. Por un lado la vena dadaísta, con su rebelión contra las convenciones mediante la burla de estereotipos y la apropiación de objetos industriales. Con el brazalete de capitán del equipo Dadá tenemos a Marcel Duchamp y sus "readymades". En especial su centenario urinal "Fuente" (1917) presentado como una escultura.
EVOLUCIÓN El objeto cotidiano digievoluciona en una pintura-objeto. Todo un ejemplo de la deconstrucción tan publicitada por los chefs televisivos.
Por otro lado tenemos la influencia del constructivismo ruso, para quienes el pasado ya estaba superado y lo que correspondía era construir sobre los escombros. Crear un nuevo arte comprometido con el socialismo.En este afán de reconstruir (aunque sin pretensión alguna), Barbosa no se queda solo en el plano horizontal, sino que también cose los hexágonos tridimensionalmente para generar objeto-esculturas formados por varias pelotas. De cara al mundial 2014 empezó el proyecto Superball, con una megapelota creada por la unión geométrica de más de 500 balones. Solo apta para los kilométricos terrenos de juego de Oliver y Benji.
3D Cose los hexágonos tridimensionalmente para generar objeto-esculturas formados por varias pelotas.
Y sin embargo, es un proyecto eternamente inacabado. Igual que sus cuadros, puesto que las estructuras hexagonales siempre permiten añadir nuevos elementos. No sé si es una metáfora intencionada del artista, pero intuyo que al reducir el balón a su elemento más básico, sobre el que se puede crecer sin límite, está mostrando el poder vertebrador del fútbol para cohesionar la sociedad. Y como nuestras relaciones y relatos nacionales se tejen en torno a él.
Iniesta de mi vida, ¿cuántos corazones cosiste al unísono contigo?
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