Gordopelota, el arte del fútbol amateur

Es el artista que ha sabido captar la esencia del fútbol real, el de los amigos que quedan junto a una pelota, sin salarios millonarios, con camisetas de imitación y cervezas. Martín Kazanietz explica la inspiración popular de sus famosos orondos personajes.

Diego Barcala.- Algo pasa con el fútbol cuando uno de los artistas más queridos por los fans reconoce que apenas ve partidos y que el fútbol profesional le interesa “mucho menos” que el amateur para sus obras. El argentino Martín Kazanietz, o Gordopelota es el pintor de los aficionados. El hombre capaz de emocionar con las bolitas negras del césped artificial, una camiseta de una talla que no corresponde a la dignidad humana de una buena barriga o un equipo chapucero de los futbolistas infames de la película ‘Días de fútbol’. Sus últimas obras se han expuesto en la galería La Causa en el barrio de Malasaña en Madrid, en las mismas calles donde le pilló la tormenta Filomena el pasado enero y que protagoniza parte de su nueva obra.

Gordopelota es un estilo originalísimo a medio camino del colombiano Botero y el street art. Al menos para unos ojos inexpertos en arte. Martín es argentino, de La Pampa, donde nació en 1985. Con sus populares cuadros hace de embajador del fútbol amateur argentino por el mundo. “¿Conoces Buenos Aires? Pues en Palermo, que podría ser como Malasaña, se popularizaron unos tinglados que cuestan nada, dos pesos, que cuentan con dos porterías, un asado y se alquilan para el fútbol cinco. Son muy populares”, explica. El ambiente y algunas prácticas de esos partidos son totalmente exportables al 100% del planeta. Un grupo de amigos pasados de forma que se reúnen alrededor de la pelota para pasar un rato. En Buenos Aires se completa el ejercicio con cerveza y choripanes, puede que en Madrid con botellines y torreznos, pero el plan es el mismo. Y es un planazo.

KAZANIETZ» El autor en la galería madrileña donde expuso su obra. Foto. D.B.

“El fútbol 7 aquí es como el Sunday League de los ingleses. En Argentina también existe, pero esto es otra cosa. Es el fútbol cinco que nosotros lo llamamos fútbol fijo, con un grupo de WhatsApp con 25 amigos que se van apuntando. Se juega con balón de fútbol sala, bien pesada, imposible de cabecear y con el típico diseño de estrella que se ve mucho en Brasil”, explica. Ese balón, con los triángulos característicos negros sí que tiene diferente

interpretación según el país. En España es un Mikasa, duro como la tibia de Raúl Albiol, fabricado en Japón para jugar en tierra. En el fútbol de Gordopleota es un de fútbol sala y en Brasil es de futvolley y para tranquilidad de los lectores españoles, Martín explica que ese balón que predomina en las playas de Río de Janeiro es blando, no es la corteza dura de un Mikasa de los años 80. Si fuera así, lo de Romario y Djalminha en Copacabana sería una prueba de estudio para la Física.

PACHANGA» Una de las primeras obras de Gordopelota que retrata el ambiente de los partidos de amigos en Buenos Aires.

“Me interesa más eso que es una excusa para verse que lo de hacer deporte. Los hay que se lo toman como algo profesional y otros que llegan en jeans a echar un rato. Alguno incluso llega fumando porros... no hay interés deportivo aunque hay un espectro enorme de tipos que juegan a esto”, explica frente a un lienzo que muestra una figura de cartón de Messi señalando un gel hidroalcóholico. Arte pandémico. Pero más allá de esas escenas cotidianas de pachangas y colegas, Kazanietz pretende denunciar con sus pinturas. “Me parecía interesante que eso es todo lo contrario a la idea del fútbol industrial. Tienes a los jugadores a los que a los 13 años le inyectan el software del fútbol profesional de elite, que es como ser un soldado, tienes que renunciar a cuestionarte muchas cosas de la vida, de los vínculos sociales, la jerarquía, las relaciones económicas y de poder, a callar la boca y centrarse en el fútbol. Si te preguntas esas cosas, como en el caso de Maradona, el fútbol te viene en contra. Así es cualquier industria no solo el fútbol. Por eso me parecía interesante el panorama del fútbol amateur”.

«Me gusta representar cómo son las marcas en la vida real. En realidad, en el fútbol se llevan camisetas truchos, el que lleva una Nike es un gordo que no puede correr o le queda fea... ¿Quién se pudo poner una camiseta de las apretadas de Kappa? Entonces, ¿qué es el fútbol, es la competencia o es el juego?», se pregunta Martín.

DETALLES» El llavero, el tabaco, el pan con el dinero de los amigos.

Los admiradores de los cuadros de Gordopelota destacan su capacidad para encontrar detalles muy identificables. Las publicidades de las camisetas, números y dorsales. Merece la pena explicar que Gordopelota es un concepto que mantiene en sus cuentas de redes sociales porque ni siquiera es la firma de este artista. “Me gusta representar cómo son las marcas en la vida real. En realidad, en el fútbol se llevan camisetas truchos, el que lleva una Nike es un gordo que no puede correr o le queda fea... ¿Quién se pudo poner una camiseta de las apretadas de Kappa? Entonces, ¿qué es el fútbol, es la competencia o es el juego?”, se pregunta Martín.

TÉCNICA
La exposición en Madrid es un smartphone analógico. Una rueda con tablas pintadas del tamaño de una pantalla 16:9 (el precio de las tablillas ronda los 250 euros) giran pasando sobre un foco fijo que las va iluminando. Es el carrusel de imágenes de un teléfono. Y así fueron creadas. Martín explica que su técnica se basa en hacer lienzos de las imágenes que va captando su teléfono móvil o incluso en ampliaciones de esas fotos que va haciendo por la calle. En su discurso se aprecia una voz propia y original en el debate entre tecnófobos y tecnobelievers. “Viendo las imágenes de cualquier teléfono puedes bucear en la mente a través de la enorme cantidad de imágenes que viste y no te acuerdas que viste. El proyecto me permite estar sin el teléfono pero necesitando el teléfono para pintar. Es una especie de tecnología pero no. Eso me interesa. Replicar analógicamente cosas que suceden en el mundo digital”, razona.

Las imágenes elegidas tienen que ver con la experiencia vivida en los últimos años por el artista que sorprendentemente se ha ido alejando del fútbol. Sí, hay una figura de Maradona trasladada por unos operarios, una lengua de los Rolling Stones con forma de pelota o la citada figura de Messi pero en su obra han aparecido los paisajes de naturaleza, detalles urbanos e incluso otros deportes como el baloncesto o el tenis, que también practica. “Trato de ir girando la perspectiva porque lo que ocurre con el arte en Instagram es que es muy fácil ser autocomplaciente y caer una y otra vez en lo que sabes que funciona por lo que te acabas autoplagiando. Y ahí no sabes si está bueno tu trabajo o funciona en internet”, explica.

MURAL» Uno de las obras callejeras de Kazanietz en Buenos Aires.

Su trayectoria es corta e intensa como corresponde a este mundo actual de redes sociales. Fue hace casi cinco años cuando Martín encontró su arte. “Hice unas cinco obras de esas cosas de fútbol que me interesaban y creo que fue cuando encontré algo bueno donde seguir un camino”, recuerda. En esas obras aparece un futbolista simulando una lesión, un grupo de amigos que salta una tapia con sus bolsas de deporte o bodegones de fútbol amateur con choripanes, tabaco e incluso un llavero de la camiseta de Maradona en Nápoles. •

*¿Te ha gustado este artículo? Apoya a Líbero suscribiéndote en nuestra web. Cada edición lleva un reportaje sobre arte y fútbol. 

Otras historias de arte y fútbol: 
-Nicolás de Lekuona. El artista que hizo arte del fútbol y murió en Gernika.
-Pablo Picasso y su futbolista zurdo. 
-Ángel Zárraga. Las tres gracias futbolistas.
-Mandy Barker. Pena máxima frente al mar. 
-Amédée Forestier. Fútbol en tiempos de Braveheart.
-Andy Warhol. #POPULISMO
-Bleda y Rosa. La fuerza de una portería sin red. 
-Juan Genovés. La utopía en la grada de Mestalla.